Oviedo, L. G.

Asturias conserva un nivel de empleo público semejante al que tenía en 2007, un año antes del inicio de la crisis y de su explosivo impacto en el mercado laboral. Es así a pesar de los ajustes del gasto que, principalmente a partir de 2010, se han anunciado en los distintos niveles de la Administración (central, autonómica, local, organismos autónomos y empresas públicas). Los resultados de la encuesta de población activa (EPA), que acaban de situar a España al borde de los cinco millones de desempleados, indican, además, que la destrucción de empleo privado no se ha detenido y que las actividades medulares de la economía regional han sufrido en el último año nuevos y graves daños.

Algunos de esos impactos se describen en los siguientes puntos:

l La Administración. El sector público asturiano, formado por el conjunto de organismos de todos los niveles de la Administración, sumaba este pasado verano 73.400 personas. Es una plantilla inferior en mil trabajadores a la de hace un año, aunque superior a la de 2009 y a la de 2007. Se han mantenido asimismo proporciones análogas de estabilidad en los contratos: 76% trabajadores fijos y 24% eventuales.

Ese panorama estadístico que traza la EPA -encuesta cuyo margen de error aumenta cuando más se baja al detalle de los resultados- contrasta con la explicación que el Gobierno central ha dado sobre el intenso aumento del desempleo español durante este verano: que una parte relevante de los 144.000 nuevos parados procede del sector público como resultado de los programas de austeridad de las distintas administraciones.

l Las empresas. Otra cosa es que los comentados recortes, aplicados por los gobiernos en España y en otros países europeos, hayan tenido un impacto de alcance en el tejido privado. Empresarios y sindicatos consideran una evidencia que el menor consumo e inversión de las administraciones -para contener el déficit y la exposición de España a la crisis de deuda soberana de Europa- está dañando a sectores como la construcción y la industria asturianas. Ambas actividades están sufriendo nuevos tajos en sus plantillas: la construcción perdió 1.900 empleos desde el verano de 2010 y la industria manufacturera, 5.700.

Con este último resultado, el histórico perfil industrial de la economía asturiana se va diluyendo en lo que al empleo atañe. La EPA muestra que la industria aporta el 13,9% de todos los puestos de trabajo de la región. Es una proporción ya inferior a la media del país (14,2%) y alejada de la que presentan Navarra (25%) y el País Vasco (21,9%), los dos territorios más marcadamente industriales de España y también aquellos que tienen las tasas de paro más bajas (en torno al 12%, nueve puntos por debajo de la media).

l Los hogares. El número de hogares con todos sus miembros en paro batió un nuevo récord en España durante el tercer trimestre del año: 1.425.000. Y las dificultades de las familias, con reflejo en el frenazo del consumo y en la destrucción de empleo en el comercio (1.200 puestos en Asturias desde 2010), tienen otra derivada que afecta a la ocupación laboral: según el Gobierno, miles de hogares que tenían empleados domésticos se han visto obligados a prescindir de ellos. La EPA no aporta un dato preciso sobre el caso de Asturias, pero de alguno de sus resultados se infiere que también en la región hay un recorte de trabajo entre las empleadas del hogar. Un epígrafe de la encuesta, que agrupa a los empleados del hogar junto a los de otras actividades de servicios, da a entender que en un año se registró una intensa pérdida de puestos.