Oviedo, José Luis SALINAS

Belén Navas tenía un trabajo fijo que dejó para montar su propio negocio en plena crisis económica. Apuró todo lo posible para que su nueva tienda, de venta de ropa y accesorios en el centro de Oviedo, estuviera lista antes del fin de septiembre y así poder solicitar las ayudas para emprender (cuyo plazo finalizaba el día 30 de ese mes). Tras cumplir con todos los trámites y hacerse a la idea de que iba a poder disponer de ese dinero para mejorar su flamante negocio, una llamada a la Consejería de Economía para preguntar cómo iban los trámites le advirtió de que ya no iba a contar con ese dinero. «Me habían garantizado que la ayuda llegaría, y cuando ya contábamos con ella nos encontramos sin nada», señala.

En una situación similar a la de Navas se encuentran otros 976 emprendedores asturianos que, en plena crisis económica, se lanzaron a montar su propio negocio. La razón es que el volumen de solicitudes ha superado con creces el presupuesto previsto, a pesar de que el Gobierno regional incrementó en 770.696 euros los 5,5 millones incluidos en los presupuestos de este año. «Ahora estamos un poco en tierra de nadie porque ya estamos fuera de esta convocatoria para la que se han agotado los fondos, y para la próxima vez que se abra ya no podremos participar porque ya tenemos el negocio en marcha», denuncia Belén Navas mientras atiende a unos clientes en su comercio.

Ignacio García, secretario general de la CEAT, una agrupación de autónomos dependiente de la patronal FADE, asegura que «lo deseable sería que estos emprendedores no se quedaran tirados y, pediremos que se les tenga en cuenta para las próximas convocatorias». Los afectados están comenzando ya a organizarse a través de una página web, www.emprendedoresasturias.com, para establecer medidas de presión conjuntas y poder intercambiar experiencias.

Esta subvención va de entre los 6.000 euros hasta los 10.000 en función de las características que cumpla el emprendedor. Eso sí, para todos es obligatorio realizar una inversión en movilizado material por un mínimo de 5.000 euros. Los afectados reclaman a la Consejería una respuesta.

Yolanda García fue otra de las emprendedoras que montó su negocio contando con las ayudas y hace sólo unos días recibió la noticia de que no iba a poder disponer del dinero. «Te sientes defraudado, porque hicimos nuestro plan de negocio pensando en que contábamos con ese dinero», destaca, «además cumplimos con todos los requisitos e hicimos todo el papeleo posible y nos dijeron que el dinero estaba prácticamente dado, y ahora nos vienen con que los fondos se han acabado».

La Consejería de Economía, que dirige José Manuel Rivero, achacó el fin de las ayudas a que el volumen de solicitudes había superado con creces todas las previsiones. Se pasaron de las 1.038 peticiones en 2010, a un total de 2.027 el año pasado. El fuerte aumento del paro desde que comenzaron las dificultades económicas ha provocado que muchas personas se hayan lanzado al autoempleo. Ese es el caso de Yolanda Álvarez, una abogada de profesión que se quedó sin trabajo cuando la crisis comenzaba a dar sus primeros pasos. «Me tiré a la piscina, aunque no tenía ahorros, y contaba con disponer del dinero de las ayudas para poder ponerlo todo en marcha», resalta, «lo peor es que ahora se nos ha cerrado la puerta para poder solicitar otras subvenciones». De hecho asegura que «tenía previsto contratar a una persona a tiempo parcial para que ella tuviera más tiempo a elaborar mis diseños en un pequeño taller en la tienda, pero sin ese dinero no podré».

Más suerte tuvo Nuria Fernández, una emprendedora que acaba de inaugurar una tienda de zapatos en el barrio de La Florida de la capital asturiana. Abrió su negocio el pasado mes de marzo y recibió la subvención hace un par de meses. «Era el momento de arriesgar, porque a mi marido lo acababan de hacer indefinido en su empresa, y fue lo que nos decidió a dar el salto», señala. Ha sido una de las últimas en recibir el dinero: «Nos vino muy bien, gracias a esa ayuda pudimos instalar todo el escaparate», señala.

También Gabriel García fue uno de los últimos en recibir la subvención. Cobró el dinero en noviembre, unos cuantos meses después de haberla solicitado, nada más abrir su pescadería en Llanes. «Al principio son todo gastos, y se te viene todo encima muy rápido. La subvención tardó en llegar, pero me fue de gran ayuda». En la misma situación se encuentra Sergio Alonso, que acaba de montar una asesoría en el centro de Oviedo. La ayuda le llegó a finales de noviembre. «Me ayudará a pagar la instalación y el mantenimiento del programa informático durante los dos próximos años, que es el gasto más grande que tengo», afirma.

«Tenía previsto contratar a una persona a tiempo parcial, pero ya no podré»

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Tienda de moda

«La ayuda llegó tarde, pero fue muy útil porque al principio todo son gastos»

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Pescadería

«Te sientes defraudado, hicimos el plan de negocio pensando en tener ese dinero»

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Tienda de lanas

«Era el momento de arriesgar y con el dinero pudimos poner todo el escaparate»

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Zapatería

«Ahora estamos en tierra de nadie, porque ya no podemos solicitar otras ayudas»

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Tienda de moda

«Con la subvención podré pagar el sistema informático durante dos años»

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