Oviedo, Marián MARTÍNEZ

Arcelor-Mittal endurecerá su plan de reestructuración en Europa tras los malos resultados cosechados en 2011, con números en rojo en el último trimestre. La multinacional siderúrgica ganó el año pasado 1.712 millones de euros, el 23% menos que en 2010, cuando había llegado a los 2.225 millones. Los resultados anuales se han visto lastrados por el desplome del consumo en el segundo semestre del ejercicio, lo que ha provocado que el Viejo Continente se haya convertido en «la mayor preocupación» para el presidente y primer accionista de la compañía, Lakshmi Mittal.

El último trimestre de 2011 fue especialmente difícil, con la pérdida de 763 millones de euros, de los que una parte importante se destinaron a «gastos de reestructuración», que de momento se han llevado por delante la planta de producción de Villaverde (Madrid) y la fase en caliente, incluidos dos hornos altos, en Lieja (Bélgica).

Las previsiones de la compañía y de los analistas para el conjunto de 2011 se cumplieron al situarse el ebitda (resultado neto de explotación) en 7.627 millones de euros, lo que representa un incremento del 18,7% respecto del ejercicio anterior. La facturación creció hasta los 71.601 millones de euros, frente a los 59.949 que se habían contabilizado en 2010. Y también aumentó ligeramente la producción de acero, al pasar de 90,6 millones de toneladas a 91,9 millones en 2011.

Han sido los malos resultados cosechados en el último trimestre del año los que han lastrado al conjunto del ejercicio, al perder 761 millones de euros, cuando en el trimestre anterior se había obtenido un beneficio de 659 millones. Un año antes, en los últimos tres meses de 2010, la compañía también había perdido 594 millones.

La caída del resultado neto en el último trimestre se debió, según la compañía, «a la reducción de activos por impuestos diferidos, la depreciación de activos y gastos de reestructuración asociados a la optimización de activos».

Arcelor-Mittal destinó unos 165 millones de euros a gastos de reestructuración, que consistieron en «costes asociados a la aplicación del plan de optimización de instalaciones, fundamentalmente en plantas de Productos Planos Europa y Productos Largos Europa, así como en diversas entidades del segmento Distribution Solution», explica la compañía en el comunicado de los resultados.

Dicho plan es la puesta en marcha del programa de reestructuración en el Viejo Continente, que se inició con el cierre definitivo de la fase en caliente de la planta de Lieja (Bélgica) y continuó con el cierre de la de Villaverde. Arcelor-Mittal tiene nueve hornos parados en Europa de un total de 25: los dos belgas que ya apagó definitivamente, uno en la República Checa; dos en Florange (Francia); uno en Alemania; dos más en Rumanía y otro en Polonia.

Lakshmi Mittal indicó en un comunicado que «la progresiva recuperación que hemos venido registrando se vio afectada en el segundo semestre del año por la creciente incertidumbre que rodea la situación económica en Europa, lo que repercutió particularmente en la confianza y la actividad del mercado en el cuarto trimestre».

Las previsiones para este ejercicio son de «importante preocupación» al mantenerse la incertidumbre. Pero, según Mittal, se observa «una mejora de la confianza en comparación con el cuarto trimestre», y por eso la compañía apuesta por recuperar las ventas y que se sitúen en el primer semestre de este ejercicio en el mismo volumen que en el mismo período de 2011 -unos 44 millones de toneladas.

Pero estas previsiones no tranquilizan en el entorno de Arcelor-Mittal en Europa. Ni en España, donde todas las plantas se sienten amenazadas. La de Veriña (Gijón) recibirá el 1 de marzo al nuevo director ejecutivo de Largos, el sudafricano de origen asturiano José Gutiérrez, que en seis meses tendrá que convertir estas instalaciones en las más competitivas o las cerrará. Fuentes del sector indicaron que «a Gijón se le está dando una oportunidad que no se dará a otras instalaciones. Si quisieran cerrar en Asturias, lo harían sin más». Otras más próximas a la compañía advirtieron de que «se tomarán las decisiones que haya que tomar y nada está descartado».