Madrid, Agencias

El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha acusado a la familia Ruiz-Mateos de utilizar el dinero de Nueva Rumasa para aportar capital a sus sociedades patrimoniales y mantener así su «alto nivel de vida». El magistrado acaba de levantar parcialmente el secreto del sumario de las investigaciones abiertas a Nueva Rumasa durante las que se ha detectado «numerosa documentación» sobre la presencia de las sociedades del grupo en Belice, Antillas Holandesas, islas Vírgenes, Panamá, Suiza, Holanda, EE UU, Andorra y Chile.

Ruz considera que la sociedad Bardajera actuaba como «gestora de la caja única oficial» de Nueva Rumasa y llegó a recibir 673 millones de euros del resto de sociedades del conglomerado empresarial, «gran parte de ellos procedentes de los inversionistas que adquirieron pagarés».

Según recoge el auto, los Ruiz-Mateos distribuyeron parte de ese dinero en inyecciones de liquidez a las empresas de Nueva Rumasa, otra parte en devolver los intereses de los pagarés que iban venciendo y parte en el pago de las hipotecas de las viviendas de los hijos varones del empresario jerezano. De las cuentas de Bardajera se sacaron en efectivo 78 millones, de los que se desconoce su destino final.

Las empresas de Nueva Rumasa, recoge el auto, «sufrían una situación de extrema falta de liquidez». Para solventarla, sostiene, «idearon la emisión de pagarés». Según el documento, en principio, pudieron cumplir con sus obligaciones de intereses «muy probablemente gracias a un efecto piramidal; los nuevos inversores pagaban los intereses de los antiguos con sus aportaciones y cuando llegaba la fecha de recuperar el principal eran convencidos para reinvertir.