Fráncfort / Madrid,

Agencias / M. M.

«Los mercados esperan más reformas y piden a los gobiernos que apliquen las que ya hayan aprobado». Así de rotundo se expresó ayer Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), para explicar las penalizaciones que empezó a sufrir la Bolsa española tras conocerse los detalles de los draconianos recortes que suponen los Presupuestos elaborados por el Gobierno de Mariano Rajoy y su previsión de que el paro aumentará en más de 602.000 personas este año. Draghi aseguró también que aún es «prematuro» retirar las medidas de estímulo que se implantaron para superar la crisis en la zona euro. Sus palabras sirvieron para aumentar la desconfianza de los inversores y que el castigo se hiciera extensivo al resto de los parqués europeos. Por si esto fuera poco, el resultado de la subasta del Tesoro que se celebró ayer hizo que la prima de riesgo de España se disparase hasta los 392 puntos básicos -finalmente cerró en 390-. Se trata de máximos que no se registraban desde finales del pasado noviembre, antes de Rajoy llegara al Gobierno.

El presidente del BCE rechazó referirse en concreto a la emisión de deuda que celebró ayer el Tesoro Público español, que logró colocar 2.589 millones de euros en tres emisiones de bonos con distintos vencimientos. La recaudación se situó en la parte baja de la horquilla establecida para esta puja -entre 2.500 y 3.500 millones de euros-, y con un incremento del tipo de interés en todas ellas. Es decir, se recaudó menos dinero y más caro.

Con este panorama, la Bolsa española continuó en la senda negativa y cerró con una caída del 2,09%, dejando al selectivo en su menor nivel desde septiembre de 2011 y el mínimo anual en 7.660,7 puntos.

Los mercados ya empezaron a castigar a la Bolsa española el pasado martes, debido a la desconfianza que suscitaron los duros Presupuestos elaborados por el Gobierno del PP. Los enormes recortes y el anuncio del Ejecutivo de que seguirá aumentando el paro hacen dudar a los inversores de que España sea capaz de cumplir con su compromiso de reducir el déficit al 5,3% en este ejercicio, según los expertos.

Mario Draghi aseguró ayer que la reacción de los mercados «no es tanto un ejemplo de fragilidad, sino de que esperan reformas y piden a los gobiernos que apliquen» las que ya han aprobado. Y se refirió en concreto a las laborales. Añadió que en países como España y Grecia, que presentan las mayores tasas de paro de la zona euro, el crecimiento económico deberá venir de la demanda externa, los impulsos por los bajos tipos de interés y reformas en la oferta, e instó a que se apliquen reformas en un mercado laboral dual para que haya una distribución más «equitativa». Draghi fue más lejos y afirmó que «el modelo social europeo debe ser revisado», ya que es «insostenible». El presidente del BCE aseveró que Italia ha progresado en las reformas presupuestarias y estructurales, pero enfatizó que el trabajo no está concluido.

Asimismo, calificó de «prematuro» hablar ahora de una estrategia de salida de las medidas extraordinarias aplicadas en la crisis, dado el nivel récord de desempleo en la zona del euro.

Mario Draghi anunció que el consejo de gobierno del BCE había decidido por unanimidad mantener los tipos de interés en el 1%, y pronosticó que la tasa de inflación cerrará este año por encima del 2%.

Sus previsiones apuntan a que «permanecen los riesgos a la baja para las perspectivas económicas», y los relacionó con la posibilidad de que se produzcan nuevas tensiones en los mercados de deuda de la eurozona que se puedan contagiar a la economía real.