Oviedo, L. GANCEDO

La comisión ejecutiva del Banco de España dio ayer el visto bueno a los planes que las entidades financieras abordarán para sanear y reforzar sus balances conforme a lo requerido por la reforma del sector impulsada el pasado febrero por el Gobierno. Once cajas y bancos han tomado ya el camino de nuevas fusiones, según informó el organismo supervisor. Liberbank no figura en ese grupo de entidades. El banco liderado por Cajastur ha obtenido el visto bueno para una hoja de ruta que no prevé, de momento, integraciones con ningún otro grupo, pero sí la entrada de inversores privados.

El pasado 31 de marzo venció el plazo que bancos y cajas de ahorros tenían para exponer de qué manera van a satisfacer una doble exigencia de saneamiento para cubrir los riesgos de su exposición al sector inmobiliario: de un lado, la dotación de nuevas provisiones, necesidades que según los planes de las entidades ascienden a 29.077 millones de euros; de otro lado, refuerzos de capital con el mismo fin que suman 15.573 millones. La reforma financiera estimuló las fusiones dando dos años para cumplir tales requisitos a las entidades que acordasen procesos de integración. El resto debe abordarlo en un año.

Liberbank está, en principio, entre aquellos dispuestos a cumplir los requerimientos este mismo año y sin recurrir a fusiones. La entidad resultante de la unión de Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria no descarta explícitamente las operaciones corporativas, pero el plan presentado al Banco de España y aprobado ayer tiene otros cimientos. Lo sustancial de la estrategia de Liberbank se sintetiza en los siguientes puntos.

l Las necesidades. La entidad ha cifrado en 463 millones el dinero que precisa para cubrir el nivel de provisiones que exige el decreto de la reforma financiera (Real Decreto Ley 2/2012 de 3 febrero). Liberbank necesita otros 377 millones para incrementar su capital principal en línea con lo exigido por el Gobierno.

l Las provisiones. Liberbank prevé resolver las provisiones mediante la generación interna de fondos propios, con cargo a los beneficios de la actividad financiera (ganó 308 millones en 2011).

l La capitalización. El banco presidido por Manuel Menéndez negocia la entrada de inversores institucionales privados (nacionales y extranjeros), camino que le permitiría alcanzar los requerimientos de capital. La anterior reforma financiera obligó a las cajas de ahorros y resto de entidades que no cotizan en Bolsa o que no tienen un cierto nivel de accionistas privados a tener un coeficiente de «capital principal» equivalente al 10% de los llamados «activos ponderados por riesgo». Para la banca cotizada o aquella otra que da entrada a inversores sin acudir a Bolsa ese requisito baja al 8%. Liberbank pretende tomar esta vía, que le permitiría generar un colchón de capital principal (ahora tiene entre 10% y el 11%) suficiente para cumplir los nuevos requisitos.

Según las fuentes consultadas, esta hoja de ruta y su aprobación por el Banco de España faculta a Liberbank a seguir adelante sin necesidad de abordar fusiones con apremio. Lo que no significa que el banco de Cajastur las descarte por completo. Liberbank comunicó el pasado 30 de marzo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que «en el marco actual de reestructuración del sector financiero español, analiza todas las opciones posibles para cumplir los requerimientos legalmente establecidos, entre ellas procesos de integración, sin que en estos momentos exista ningún tipo de acuerdo que vincule a Liberbank con otro grupo financiero». La situación es semejante dos semanas después: el banco no descarta movimientos corporativos -«siempre que sean buenos para la entidad»-, pero no tiene prisa por abordarlos. A la dirección de Menéndez se le han atribuido contactos con la de Unicaja, caja malagueña que ultima su fusión con las castellano-leonesas (Caja España y Caja Duero).

Liberbank negocia la entrada de socios privados con un 20% y su vocación a medio plazo es la de cotizar en Bolsa. Pero a la vez mantiene viva otra operación: los contactos con la entidad pública portuguesa Caixa Geral de Depósitos para adquirir su filial española (Banco Caixa Geral). De concretarse ese movimiento, Liberbank ganaría algo de tamaño y aumentaría su red comercial en comunidades autónomas españolas donde, como en Galicia, su presencia es ahora muy pequeña. Pero, además, la compra de Banco Caixa Geral podría dar a la entidad un margen mayor para realizar el saneamiento que impone la reforma financiera. Las entidades que aborden procesos de fusión tienen dos años en lugar de uno para satisfacer los requerimientos de capital. La adquisición del banco de propiedad portuguesa podría surtir ese efecto para Liberbank, aunque precisaría del visto bueno del Gobierno porque el aumento de tamaño mediante esa operación sería inferior al 20 por ciento.