Oviedo,

L. GANCEDO / J. CUARTAS

El presidente asturiano, Javier Fernández, convocará de inmediato a la patronal y a los sindicatos para negociar una «agenda asturiana para el empleo». «Buscaremos un acuerdo con contenidos bien amarrados y que incluya un plan sobre la formación profesional», anunció el dirigente asturiano en el acto de clausura de la asamblea anual de FADE, la patronal regional. En medios gubernamentales se dio por seguro que esta acción incluirá la recuperación de la figura del aprendiz y que también se planteará una oferta para la colaboración público-privada para acometer inversiones. El Principado recoge en este caso el ofrecimiento que había hecho tiempo atrás el empresariado, en particular la patronal de la construcción.

El lunes el presidente se reunirá con el ministro de Industria, José Manuel Soria, para abordar la crisis del carbón suscitada por el contundente recorte de las ayudas a las explotación y la tarifa eléctrica para las grandes industrias asturianas altamente consumidoras de energía, algunas de las cuales han amenazado con trasladar sus fábricas si no tienen precios competitivos.

El presidente del Principado expresó su desagrado por la proyección en la prensa internacional de las imágenes de virulencia y disturbios por el conflicto carbonero, pero aseguró que le resultaba aún más desagradable una política del Gobierno central, del PP, que aboca al «fin abrupto de la minería», lo que «traerá más paro y más desesperanza». «No me voy a atar al pasado, pero los sectores maduros asturianos aún tienen recorrido», argumentó el presidente. Fernández se aferró, pese a ello, a su compromiso de mantener una relación de «diálogo, aunque con firmeza, y sin portazos, con el Gobierno central».

El jefe del Ejecutivo regional invocó la «estabilidad política, la seriedad, la madurez y la renuncia a la marrullería política, como condición para la estabilidad social» y emplazó a los empresarios a ejercer como «una patronal fuerte» porque es, dijo, «lo que nos conviene a todos». Y les animó, siguiendo al liberal dieciochesco Adam Smith, a procurar su propio interés para generar así el interés general.

El presidente de FADE, Severino García Vigón, también defendió las minas de carbón y recriminó las escenas de violencia y los disturbios; afeó al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que hubiese amagado con la intervención de Asturias por el deterioro de imagen que pudo causar a la región; juzgó como «no satisfactorio» el acuerdo en el sector del transporte mientras no se deslinden los convenios de mercancías y viajeros; reprochó la tardanza en la reforma financiera y la demora en restablecer el crédito y condenó «los blindajes e indemnizaciones de gestores bancarios desaprensivos, cuyas responsabilidades debieran investigarse y depurarse»; alertó de que «el ritmo de ajuste fiscal es totalmente incompatible con una recuperación del crecimiento»; alertó de que el aumento del IVA «afectará negativamente a sectores empresariales y ciudadanos» y censuró a los sindicatos porque el Acuerdo nacional por el Empleo y la Negociación Colectiva «no se cumple» en Asturias.