El grupo gallego Cortizo, con sede en Padrón (La Coruña) y líder en la fabricación de aluminio en España, es el nuevo dueño de Kerkus Metals, la empresa asentada en el polígono mierense de Baíña que quebró hace año y medio arrastrada por Alas Aluminium. La compra se firmó la semana pasada por un importe de casi 3,4 millones de euros y el compromiso de creación de una treintena de empleos, según confirmaron fuentes conocedoras de la operación.

José Manuel Cortizo Sóñora, presidente del grupo, está considerado como uno de los gallegos más influyentes del país y su grupo es el primer fabricante español y líder europeo de perfilería de aluminio para la industria. Está presente en 29 países y desarrollando un intenso plan de internacionalización.

La fábrica asentada en el polígono industrial de Vega de Baíña nació al calor de Alas Aluminium, ubicada en Ciaño (Langreo). Ambas recibieron cuantiosas ayudas de fondos mineros para su creación y se convirtieron en emblema de la reactivación de las Cuencas. Pero la quiebra de la sociedad langreana arrastró a Kerkus Metals, que a finales de 2011 se vio obligada a presentar concurso de acreedores. Su plantilla, integrada entonces por 39 empleados, ya había sufrido tres expedientes de regulación de empleo desde 2009, y en enero de 2012 se extinguieron definitivamente sus contratos.

El consejero de Economía y Empleo, Graciano Torre, aseguró hace unas semanas en la Junta General que el Gobierno regional buscaba comprador para empresas que habían cerrado, como Kerkus Metals, y que confiaba en poder comunicar pronto buenas noticias. Pero evitó dar más detalles. Según distintas fuentes, en ese momento ya se había entrado en contacto con el grupo gallego, pero las negociaciones se prolongaron hasta que la semana pasada se firmó definitivamente la compra de la sociedad. Este periódico no pudo ayer contactar con Torre, que se encuentra de vacaciones.

El grupo Cortizo se fundó en 1972 en Padrón (La Coruña). El año pasado tuvo una producción que superó las 45.000 toneladas y su cifra de facturación sobrepasó los 292 millones de euros. En su sede central en Galicia se ubica una de sus principales plantas de producción, además de un centro tecnológico de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) y otro de formación.

Otras cuatro fábricas se distribuyen en Manzanares (Ciudad Real) y Tenerife, en España, además de Eslovaquia y Polonia. Su red comercial se extiende por toda Europa, con 27 centros de distribución y logística que le permiten tener presencia en 29 países. Su plantilla la integran más de 1.500 personas.

Los antiguos trabajadores de Kerkus Metals quieren optar a integrar la plantilla de la factoría cuando retome la actividad. O al menos es lo que trasladaron después de que el consejero de Economía y Empleo anunciase que se estaban buscando inversores. Según explicaron entonces, todos ellos recibieron formación específica para entrar a trabajar en la fábrica cuando se abrió en 2008.

Los planes del grupo Cortizo para con las instalaciones ubicadas en Baíña aún no han trascendido, por lo que todavía se desconoce cuándo se va a poner en marcha ni a qué la va a dedicar exactamente.