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Banesco controlará 14 oficinas en Asturias

La compra de Novagalicia Banco por el grupo bancario astur-venezolano incluye sus participaciones en Aucalsa, Cafento y GAM

El banquero astur-venezolano Juan Carlos Escotet Rodríguez, presidente de Banesco Grupo Financiero Internacional (el mayor grupo bancario privado de Venezuela), pasará a controlar en Asturias -donde ya opera desde julio con el Banco Etcheverría- una red de 14 oficinas y 61 empleados una vez que acaba de hacerse con el 88,33% de Novagalicia Banco (NCG).

La adjudicación al grupo Banesco de la entidad resultante de la fusión de las desaparecidas cajas gallegas Novacaixa y Caixa Galicia supondrá, además, la participación del grupo hispano-venezolano en el capital de tres compañías asturianas: en Itínere (la sociedad matriz de Aucalsa, concesionaria de la autopista del Huerna), en el grupo cafetero tinetense Cafento y en General de Alquiler de Maquinaria (GAM).

Lo previsible es que la entidad tenga que desprenderse de esas participaciones, según los términos exigidos por la UE cuando autorizó el rescate de Novagalicia.

En Cafento, NCG, que controla el 15%, ya tenía pactada su desinversión (en 2014 como fecha límite) con la familia Rodríguez, fundadora del grupo cafetero y dueña del 85%. En GAM, Novagalicia poseía el 5,01%, pero en 2011 la redujo por debajo del 1%. Y en Itínere (dueña del 100% de Aucalsa), el banco gallego tiene el 23,72%, aunque desde 2012 los bancos NCG, Liberbank y BBK y la constructora Sacyr buscan posibles compradores para sus participaciones.

El grupo astur-venezolano Banesco tomó posiciones en Asturias en junio pasado con la compra a Novagalicia Banco de 57 oficinas fuera de Galicia, diez de ellas en Asturias. Siete están en Oviedo y Gijón y otras tres en Lugones, Navia y Piedras Blancas. Con la compra de Novagalicia Banco, Banesco pasará a dominar otras tres oficinas más (en Oviedo, Gijón y Avilés) y una unidad de banca de empresas.

Tanto Juan Carlos Escotet como el director general del Banco Etcheverría, Francisco Botas, confirmaron el 29 de julio a LA NUEVA ESPAÑA la intención de acometer un mayor despliegue de sucursales en Asturias y la zona cantábrica.

El grupo postula un modelo de banca tradicional, de proximidad, conservadora y prudente y dirigida sobre todo al cliente minorista y a las pequeñas y medianas empresas. Tanto en julio en Oviedo como de nuevo ayer, Escotet se comprometió a contribuir a la reactivación del crédito. Ayer habló de movilizar 9.000 millones con ese fin.

El grupo, aunque nominalmente venezolano, es jurídicamente español. Escotet tiene doble nacionalidad (española y venezolana) y la sociedad "holding" -y que actúa como matriz del grupo- fue trasladada hace unos años a España. Se llama Banesco Corporación Holding Hispania. Esta sociedad, con sede en Madrid, no es filial de la venezolana, sino al revés. Por consiguiente, cualquier eventualidad en Venezuela no alteraría la propiedad de los bancos gallegos. Banesco controla también otros bancos en EE UU, Colombia, Panamá, Puerto Rico y República Dominicana.

Banco Etcheverría, dominado desde hace un año con el 80% por Banesco, es el que comprará el 88,33% del NCG. Ambos bancos serán fusionados. La intención inicial apunta a que de ambas marcas sobreviva Etcheverría, la más antigua de España, aunque está pendiente de un estudio. Javier Etcheverría, miembro de la familia fundadora del Banco Etcheverría (y dueña del 20% de su capital), será el presidente del banco, Escotet, vicepresidente, y Francisco Botas -primer ejecutivo del Etcheverría-, consejero delegado. Al actual presidente de NCG, José María Castellano, se le ofrecerá seguir en el consejo.

La venta de Novagalicia es únicamente el punto y seguido en la particular historia de un negocio centenario levantado por las dos antiguas cajas, de ese matrimonio forzado, y cojo desde el comienzo, al calor de la crisis financiera, su bancarización en el enésimo intento de acabar con los problemas del sector por parte del Gobierno socialista y bajo el rescate europeo tras la decisión del Ejecutivo popular, con el mismo objetivo que sus antecesores, de desnudar el lastre del ladrillo en el sistema. Es el punto a la titularidad pública, mayoritaria en el accionariado. Y el seguido al gran reto que Banesco y Etcheverría tienen por delante para conseguir exprimir un balance que hoy aún supera los 56.000 millones de euros y que, según Bruselas y el FROB, hay que seguir ajustando de acuerdo a los requisitos de las autoridades comunitarias a cambio de los 5.400 millones de euros de su tercera inyección pública. A lo que sumaba ayer su todavía principal socio los riesgos derivados de su "elevada morosidad" y que se traducen en unas posibles pérdidas a futuro de 1.000 millones.

Hasta septiembre, la tasa de impagados en Novagalicia alcanzaba el 16,7%, que sus responsables achacan a "la aplicación de estrictos criterios contables en la clasificación de riesgos como dudosos". El último análisis a fondo de esa cartera viene de unos meses antes, del informe del primer semestre de 2013. De un total de 31.800 millones en inversiones crediticias, el saldo a junio de los fallidos se situaba en 5.155,2 millones, con una cobertura de 2.973 millones. Es decir, que el colchón de las provisiones ronda el 57%. Un importante volumen de activos financieros se considera "de remota recuperación". En total, 4.242 millones de euros.

Con los 1.003 millones que desembolsa Banesco, sin petición de nuevos respaldos públicos y el mantenimiento de la cartera de fallidos -unos cien millones de ese precio total-, el FROB defiende que NCG "se ha vendido bien".

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