La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las experiencias empresariales

Las rutas del exportador asturiano

Salir a vender al extranjero es un camino plagado de dificultades, coinciden cinco empresarios de la región de diferentes sectores, desde el metalúrgico al sidrero

Las rutas del exportador asturiano

En estos últimos años, la ruta del exportador asturiano parte, casi siempre, de un origen común: la caída del negocio nacional ha obligado a muchos empresarios a tomar el camino de vender fuera para evitar, en muchos casos, el cierre. No obstante, el trayecto y el destino dependen de muchos factores. Entre ellos, el tamaño de la compañía, el sector o los recursos de los que se dispongan para hacer frente al salto. Cinco destacados empresarios asturianos de mercados tan diferentes como el sidrero o el metalúrgico explicaron ayer sus estrategias y las, en ocasiones, múltiples trabas que encontraron para comenzar a llevar sus productos más allá de las fronteras españolas.

A contra reloj tuvo que trabajar durante un mes Luis López-Cotarelo, director económico financiero de Astilleros Gondán, para conseguir las garantías bancarias que les permitieran optar a un concurso público para la construcción de un buque oceanográfico para el Gobierno de Noruega. Era octubre de 2013, en plena temporada de turbulencias financieras, "entonces nuestro departamento financiero detecta este concurso precisamente para hacer algo en lo que somos realmente buenos", destacó. La mala noticia era que sólo había 31 días para conseguir unas garantías y contragarantías bancarias que cubrieran la operación, de unos 80 millones de euros. Tras muchos momentos de tensión, mucha burocracia, varios dimes y diretes en las oficinas bancarias, consiguieron demostrar al Gobierno nórdico que son una empresa solvente y capaz de llevar el proyecto a buen puerto, consiguieron ganar el concurso público y se pusieron a fabricar.

Jesús Alonso, presidente del Grupo Daniel Alonso, dedicado a realizar proyectos de energías renovables y otros productos ligados con la industria del acero, tomó el relevo de las palabras de López-Cotarelo y destacó la necesidad de tener en la empresa a un buen director financiero, "mejor pagado incluso que el gerente", para solventar este tipo de problemas. Lo que tiene claro el industrial es que Asturias tiene un problema de tamaño. "Para salir fuera hace falta ser grande, tener una facturación de unos 60 millones y con unos márgenes que permitan comenzar a exportar sin incurrir en pérdidas", aseguró. Desgraciadamente, diagnosticó, en el Principado hay pocas compañías que cumplan con ese perfil. "El tamaño es vital para soportar las inclemencias del mercado exterior y aquí en Asturias no hay sociedades que nos permitan ir fuera con solvencia", destacó.

"En el ámbito internacional los riesgos son muy altos", afirmó Javier Martínez, director de la zona Cornisa del Grupo Alsa. Su compañía fue pionera en explorar nuevos mercados internacionales, como el chino. Martínez destacó la reciente experiencia de la empresa en Marruecos, donde logró implantarse con varios contratos de transporte y está registrando ya un importante crecimiento. "Hemos desarrollado tres políticas diferentes para salir al exterior: la compra directa de empresas, presentarnos a concursos o las alianzas", explicó Martínez. Tan arraigada está ya la vocación exterior en la compañía que el portavoz de Alsa señaló que cada nuevo conductor, antes de entrar a trabajar en la empresa, tiene que pasar unos exámenes que lo homologuen para poder conducir en cualquier país en el que la compañía está implantada.

Otra firma de las que tuvo que salir fuera para hacer frente a una fuerte caída del negocio nacional fue Isastur. Su presidente, Fernando Alonso, reconoció al inicio de su intervención que "nuestra estrategia a la hora de exportar es, en parte, planificada, pero, a veces, de forma no tan sesuda". En 2007, con el desplome de la economía española, Alonso se dio cuenta de que debía dar un giro a su táctica empresarial. Era una cuestión de supervivencia. Ahora el mercado exterior supone el 80% de la facturación del grupo. Ha conseguido implantarse en medio mundo, aunque no sin dificultades. "Hay mercados complicados, como Venezuela", reconoció. La salida al exterior les fue posible también gracias a la adquisición de algunas compañías (ya implantadas fuera) como Isotrón o Procinsa. "En el extranjero tienes que hacer un esfuerzo de venta mayor, no merece la pena ir con proyectos de cien mil euros", aseguró. Ahora, añadió, "cada mes tenemos que cerrar la contabilidad de 30 filiales, en 18 monedas diferentes, evaluar el estado de 500 proyectos y de dos mil ofertas que están vivas".

Más modestas son las cifras de Sidra Mayador. La presidenta de la compañía, Consuelo Busto, recordó, no obstante, que las primeras exportaciones de su compañía fueron en los años 70 a países latinos donde había inmigrantes asturianos. "Tuvimos una crisis personal, porque después de tener la empresa posicionada y trasladarnos a una nueva fábrica en Villaviciosa, nos encontramos que en 2002 el mercado de la sidra bajó los precios y nosotros no podíamos bajar tanto y decidimos salir fuera", explicó. A golpe de feria internacional lograron introducir la sidra en muchos territorios (vende en 66 países) hasta ese momento yermos del caldo asturiano.

Compartir el artículo

stats