La empresa asturiana comienza a subirse a la ola de los nuevos sistemas de producción -la conocida como Industria 4.0 o inteligente- y al aprovechamiento de los nuevos materiales. La industria regional ya utiliza la tecnología de impresión en tres dimensiones (3D) y explora la mina del grafeno, un material que se obtiene del grafito y que abre nuevas posibilidades de negocio en mercados tan diversos como el de la energía o el biosanitario. Destacados empresarios de la región relataron ayer en Oviedo, en el marco del III Foro de competitividad empresarial organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), sus estrategias para modernizar sus fábricas.

La impresión 3D. Es el camino que han tomado algunas empresas constructoras del Principado para intentar sobreponerse al batacazo de la crisis. Fernando Rodríguez, director de planificación de Coprosa, desveló que su compañía está trabajando junto con Cementos de Tudela Veguín y otra compañía del sector, Modultec, en el desarrollo de nuevos métodos de fabricación con impresión 3D. "Su ventaja es la rapidez, tanto en tiempo como en costes", señaló el empresario. Las tres compañías unidas en el proyecto "Con3D" están tratando de fabricar con este método vigas a base de cemento. "De momento, tenemos una limitación que es que no podemos trabajar con más de un metro cúbico", señaló. Pese a las restricciones, la iniciativa sigue su curso y Rodríguez aspira a poder llegar realizar todo el proceso de fabricación que implica la construcción con tecnología 3D. Con los métodos tradicionales, una viga se tarda en levantar unas tres horas, mientras que gracias a este sistema podría estar lista en sólo diez minutos. Otra compañía que está tratando de sacar jugo a la impresión en tres dimensiones es Tekox, dedicada a fabricar componentes para la industria eléctrica. Su directora general, Pilar García, aseguró que "hay que tener en cuenta que las prioridades de nuestros clientes han cambiado, ya no se pueden tardar meses en el diseño y desarrollo de un producto, hay que hacerlo en días". La empresa, en alianza con Prodintec, está desarrollando moldes para estructuras eléctricas, que fabrica mediante máquinas de impresión en 3D. "Ése es el futuro", afirmó la empresaria.

El grafeno. Por buscar nuevos materiales que den oportunidades de negocio está luchando Química del Nalón. Según explicó Alfonso Martínez, director de desarrollo corporativo de la empresa, mediante la destilación del alquitrán que se usa en sus plantas se logra, entre otros productos, aceite de antraceno y brea con los que pueden producir el demandado grafeno. Un material que, a su juicio, "ofrece unas grandes oportunidades, porque tiene una serie de propiedades como la alta conductibilidad térmica y eléctrica, durabilidad, dureza o ligereza, que hace que las expectativas sobre su desarrollo sean muy altas". En el terreno práctico, la compañía química asegura que está buscando el negocio en proyectos tan diversos como los biosensores o el almacenamiento eléctrico, en colaboración con otras empresas y universidades. "Asturias tiene que jugar un papel relevante en este campo", destacó. En la misma mesa redonda participó Rosa Menéndez, investigadora del Instituto del Carbón (Incar) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que puntualizó que el objetivo a futuro debe ser fabricar grafeno a la carta para adecuarlo a las necesidades de los clientes. Idesa es otra de las compañías asturianas que ven en este producto una enorme oportunidad. La empresa de ingeniería, destacó su director general, Santiago Lavandera, trabaja para crear plantas de síntesis de grafeno de reducido tamaño que puedan instalarse fácilmente en otras industrias.

El consejero de Economía, Francisco Blanco, fue el encargado de abrir el III Foro de competitividad y aseguró que, ahora "que las ayudas que llegan desde Europa escasean" y que ya se acabó el "café para todos", hay que buscar la especialización inteligente de la industria asturiana. "Hay que definir nuestras prioridades como región y avanzar hacia ellas", destacó.