Los asturianos que ya están jubilados cobran por lo común nóminas superiores a la media española y así está ocurriendo también con los nuevos trabajadores que llegan al retiro. Un estudio acerca de las diferencias regionales en materia de pensiones indica que, por término medio, el asturiano se jubila un poco antes que los ciudadanos de otras comunidades y lo hace después de haber cotizado más que la mayoría. No obstante, el enorme déficit en la relación entre el número de cotizantes y de pensionistas convierte a Asturias en el territorio que más depende de los flujos de solidaridad que garantiza el sistema de caja única de la Seguridad Social.
El economista José Antonio Herce, socio de Analistas Financieros Internacionales y experto en materia de pensiones del servicio de estudios del BBVA, firma un trabajo en el que se hace preguntas como la siguiente: "¿Por qué la pensión media de jubilación en Asturias es un 54,3% superior a la de Extremadura?" Herce ha explorado las bases de datos de la Seguridad Social para responder a esas y otras cuestiones. Sus resultados permiten trazar los rasgos que se describen a continuación sobre las prestaciones en la región y su sostenibilidad.
La edad. A partir de una muestra de datos de 2013, el informe estima que la edad media de jubilación fue entonces en España de 62,4 años. Los asturianos se retiran algo antes (a los 62 años), aunque quienes lo hacen con mayor adelanto sobre la edad legal son murcianos, canarios y castellano-leoneses (ver gráfico adjunto). El cálculo recoge los primeros efectos del retraso progresivo de la edad de jubilación, que comenzó a aplicarse en 2013, y está condicionado además por el impacto de los retiros anticipados, frecuentes durante la crisis, si bien se restringieron a partir de 2012.
La carrera. El prototipo del nuevo jubilado asturiano ha tenido una carrera de cotización de 32 años, algo inferior al promedio nacional (32,3 años), aunque superior a las que el estudio atribuye a gallegos (28,9 años), canarios (29) y andaluces (30,6), entre otros. Las carreras más largas corresponden a los ciudadanos de Navarra (36,9 años), País Vasco (34,9) y La Rioja (34,9).
La cotización. Según la muestra de datos que manejó el economista José Antonio Herce, los nuevos jubilados asturianos fueron en el período estudiado los que presentaban cotizaciones medias más elevadas durante los 15 años anteriores al retiro, los que hasta 2012 se tenían en cuenta para calcular la base reguladora y con ello la pensión (desde 2013, ese período de cómputo ha ido aumentando en un ejercicio cada año, siguiendo una secuencia que concluirá en 2022 al llegar a los 25 años). Conforme a otros datos, la cotización media anual de los trabajadores de la región, estén o no próximos al retiro, es superior a las que se dan en una mayoría de comunidades. Esas elevadas bases de cotización se corresponden con salarios medios más altos, rasgo que en parte se explica por el perfil productivo de Asturias y la mayor importancia relativa del sector industrial, aunque los sueldos son también superiores al promedio nacional en la construcción y en actividades de los servicios.
La pensión. Cotizaciones más altas (7.500 euros de media anual a cargo de la empresa y del trabajador en 2013) suponen bases reguladoras mayores y, por tanto, pensiones más altas. El referido informe muestra que la pensión media de los nuevos retirados era en diciembre de 2014 superior a los 1.600 euros y la más alta de todas las regiones. No obstante, la información estadística de la Seguridad Social refleja que la cuantía media de las nuevas altas de pensiones varía de unos meses para otros y lo hace también la posición de las autonomías. Las jubilaciones más altas suelen ser las del País Vasco.
En ese ranking de las pensiones, Extremadura ocupa la posición más baja, como lo hace también en las cotizaciones. Ahí está la respuesta a la pregunta que se hace el economista Herce acerca de la brecha entre la nómina de un jubilado asturiano y otro extremeño: lo que el primero y su empresa cotizaron a la Seguridad Social durante los quince años anteriores al retiro fue un 46,2% superior a lo que el sistema ingresó por el segundo.
El desfase. El trabajador asturiano es por lo tanto un cotizante cualificado a título individual, pero de manera colectiva el balance territorial de las pensiones tiene un gran agujero: la peor relación de todo el país entre activos y pasivos. Como recoge el informe, la relación afiliados a la Seguridad Social-pensiones "es crítica para el balance financiero del sistema". Aunque las últimas reformas permitirán proporciones algo inferiores, España ha necesitado tener dos cotizantes por cada pensión para evitar que entrara en déficit el sistema público, un modelo de reparto o de solidaridad entre generaciones conforme al cuál el trabajador en activo no cotiza para su propia prestación sino para sostener las de quienes ya están retirados. Sólo cuatro autonomías (Madrid, Canarias, Baleares y Murcia) alcanzan o superan citada relación de dos afiliados por cada pensión. En el otro extremo está el envejecido Noroeste, con Asturias en la peor posición: menos de 1,25 cotizantes por prestación.
José Antonio Herce hace sobre ese panorama territorial la siguiente reflexión: "Si el sistema de pensiones estuviese íntegramente transferido, con sus recursos y sus gastos, a las comunidades autónomas, doce de ellas estarían en situación deficitaria, con las cuatro del cuarto noroccidental (Asturias, Galicia, Cantabria y Castilla y León) sufriendo desequilibrios severos que les impedirían, seguramente, cumplir sus compromisos de pensiones o los de otros programas autonómicos del estado del bienestar, como la educación o la salud, adecuadamente".
