"Fue un buen empresario con una fuerte formación económica", destacó el director emérito vitalicio de la Fundación Princesa de Asturias, Graciano García. "Escuchaba mucho y cuando opinaba lo hacía con argumentos fundamentados, y dentro de su mente conservadora era de ideas avanzadas. Asturias pierde a una persona necesaria por su experiencia, sabiduría y cultura".