Las fundaciones bancarias Caja de Ahorros de Asturias (Cajastur), Caja Extremadura y Caja Cantabria han quedado definitivamente eximidas de constituir el fondo de reserva para hacer frente a hipotéticas eventualidades futuras del banco del que son accionistas principales (Liberbank), dado que no alcanzan de forma conjunta el 50% de participación en su capital social. Por el contrario, deberán elaborar un protocolo de gestión y un plan financiero anual, dado que, con una participación mancomunada que en la actualidad suma más del 45,6%, superan el 30%, que es el umbral a partir del cual se impone esa doble exigencia.

Así lo recoge la circular del Banco de España sobre las "obligaciones de las fundaciones bancarias derivadas de sus participaciones en entidades de crédito", que impuso la reforma legal del Gobierno.

El protocolo de gestión debe definir "los criterios estratégicos que van a regir la gestión de la participación en la entidad de crédito" y el plan financiero "analizará las posibles necesidades de capital que, ante diferentes escenarios, pudiera tener la entidad de crédito participada".

Las fundaciones bancarias que alcancen o superen el 50% de participación en un banco deberán presentar, además de ello, un "programa de diversificación de inversiones y gestión de riesgos" y dotar un fondo de reserva para afrontar posibles necesidades de la entidad financiera. De no constituir dicho fondo (que conlleva la inmovilización de recursos económicos, que deberán ser invertidos en productos seguros y disponibles con inmediatez), las fundaciones bancarias concernidas deberán diseñar un "plan de desinversión de la entidad de crédito".

Ibercaja Banco, Unicaja Banco y BMN han anunciado que saldrán a Bolsa, como ya hizo Liberbank, para reducir el peso de las antiguas cajas y eludir la constitución del fondo. Kutxabank (el banco de las cajas vascas) es el único que ha descartado cotizar.