La mierense Mari Paz Llaneza apura un cigarrillo sentada en un banco frente a un centro comercial de la región y rodeada de bolsas. "Ahora voy a dejarlas al coche y entro a por más. Sólo estoy haciendo un descanso", dice, tras comprar varias camisetas, algún vestido y un poncho. Fue una de los miles de asturianos que ayer se lanzaron a hacer compras para aprovechar las rebajas del llamado "viernes negro" ("black friday"), una tradición importada desde Estados Unidos (EE UU) y que este año ha calado entre las grandes cadenas y el pequeño comercio del área central, y también entre los consumidores.

Asturias se ha enganchado al "viernes negro" y muchas tiendas hicieron ayer buenas cajas a sólo unas semanas del plato fuerte que será la campaña de Navidad. Los descuentos atrajeron a numerosos compradores, sobre todo a última hora de la tarde, en las calles más comerciales de Oviedo y de Gijón. Y el tirón comercial provocó también mucho tráfico en varios momentos del día en los accesos a espacios comerciales como Parque Principado (ahora Intu Asturias), en Siero. Fue un anticipo de lo que puede ser una buena campaña de compras navideña, esperan los comerciantes.

"Hay buenos descuentos y en productos de temporada", comenta Mari Paz Llaneza. Las rebajas en las tiendas rondan el 20% o el 30%, aunque algunas grandes cadenas las elevaban hasta el 60%. "Hay cosas muy interesantes, como vestidos para las fiestas de Navidades". La frase la dice mirando a otra compañera, la ovetense Dorita Fernández, que sólo lleva una bolsa de una marca de zapatos. "Estoy esperando a mi hija, para volver a entrar al centro comercial a seguir comprando. Hay que aprovechar", explica. Ambas vienen con los deberes hechos y el día antes habían estado buscando y comparando precios por internet. "No parece que haya trampas, los descuentos son reales", señala Llaneza, mientras Fernández asiente.

Organizaciones de consumidores habían recomendado estos días tomar muchos descuentos con precaución, ya que podrían ser falsos. Incluso, promovió una campaña a través de las redes sociales para denunciar malas prácticas (por ejemplo, subir productos en los días previos al "black friday" y simular luego una fuerte rebaja).

Tatiana Álvarez, trabajadora de una tienda de juguetes, mira el reloj (son casi las dos de la tarde) y destaca: "A esta hora ya hemos vendido más que cualquier otro viernes normal". Su compañera, Silvia Alonso, apunta que "tenemos el almacén lleno de pedidos que los clientes van a pasar a recoger este fin de semana". La tienda esta llena y el teléfono no para de sonar. "Quieren saber cuánto cuestan ahora productos que habían visto en la tienda", señala Álvarez.

Muchos han aprovechado la campaña de descuentos, que en algunos establecimientos se extenderá hasta el lunes, para adelantar las compras de Navidad. Otros han estado esperando a que llegara este "viernes negro" para hacer compras que tenían atrasadas. Es el caso del gijonés José Luis Rodríguez, que pasea cargado de bolsas y va mirando los escaparates. "Iba a venir a comprar ropa la semana pasada, pero lo dejé para hoy", explica.

Los comerciantes destacan que para la intensa afluencia de publico ha sido decisiva la promoción que han llevado a cabo muchas de las principales cadenas textiles, que han servido de arrastre para los más pequeños. El presidente de la asociación de comercio textil en España, Eduardo Zamácola, afirmó ayer que el impacto para el sector de este "viernes negro" en cuanto a ventas ha sido "brutal".