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El envejecimiento asturiano, principal lastre para que la economía crezca

Atajar el problema demográfico y aumentar las exportaciones, claves para aprovechar la recuperación española

El envejecimiento asturiano, principal lastre para que la economía crezca

El Instituto Nacional de Estadística (INE) divulgó estos días el gráfico que se reproduce a la derecha de estas líneas y que, indica Alberto González, director general de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), dice mucho acerca del perfil económico de la región, indisociable de las transformaciones radicales del último medio siglo. En ese gráfico, Asturias ocupa la undécima posición en producto interior bruto (PIB) per cápita, de modo que la riqueza que genera por habitante equivale al 88,1% de la media española. Al mismo tiempo, la renta disponible de los hogares es la séptima mayor y supera el promedio nacional gracias a las prestaciones sociales. Tales datos informan de que el aparato productivo asturiano tiene un déficit de potencia y, también, de que el nivel de vida de las familias depende más que en ninguna otra comunidad autónoma de las transferencias que reciben a través de las pensiones y de otros mecanismos del Estado de bienestar.

Aunque menos acusado, ese rasgo de Asturias se repite en varias regiones y de manera particular en el resto del Noroeste (Galicia, Castilla-León y Cantabria). Es la España más envejecida, problema demográfico que explica al menos en una parte por qué la recuperación del crecimiento económico está siendo más modesto en esos territorios y particularmente en Asturias. Hay otros factores que atañen a la estructura productiva de la región y a cómo está reaccionando ante la coyuntura nacional e internacional.

Economía abierta. Asturias fue la región que más riqueza destruyó en términos de PIB entre 2008 y 2013, los años de la Gran Recesión. El producto descendió de manera agregada el 13,2%, cuando la media española fue del 8,6%. La clave de esa gran caída del PIB asturiano está en la industria. Su negocio retrocedió por encima del 17% entre 2010 y 2014, mientras en España el retroceso acumulado no llegó al 6%. El hundimiento de la demanda interna y de los precios de los bienes intermedios (acero y otros destinados a la industrias transformadora), en los que Asturias está altamente especializada, mutiló severamente la cuenta del PIB. Cayó en picado a pesar de que las empresas se volcaron en los mercados exteriores para contrarrestar la depresión doméstica.

La región superó en 2014 por primera vez las dos mil compañías exportadoras y al cuantía de las ventas al extranjero han batido récords desde 2010, pero la región sigue siendo una economía menos abierta que la mayoría. Si bien las exportaciones, capitales en el proceso de recuperación de la mayoría de comunidades, ganaron peso entre 2010 y 2014 (3,1 puntos), equivalen al 17,2% del PIB, notablemente por debajo de la media de España, que es del 22,7%. Ese menor grado de apertura exterior, y con ello la mayor dependencia de la demanda nacional, limita también el efecto benéfico que tienen en Asturias los "vientos de cola" que empujan el crecimiento español.

Vientos de cola. El país crece este año a un ritmo del 3,2% y Asturias lo hace en torno al 2,6%-2,7%, según los centros de predicción económica. Es un avance vigoroso, el mayor desde 2007, aunque de nuevo inferior a la media. El PIB nacional crece favorecido por distintos factores y entre ellos por dos coyunturales que vienen de fuera: la devaluación del euro, que alienta la exportación y la sustitución de importaciones por producción nacional, y el bajo precio del petróleo, que abarata los costes energéticos y libera recursos para el consumo y la inversión. Según un informe del BBVA, Asturias saca de esas circunstancias menos partido que otras regiones. Una devaluación del 20% en el cambio euro/dólar puede aportar 0,5 puntos al crecimiento del PIB regional, estima el BBVA, la mitad que en Galicia o el País Vasco. Y una caída del 40% en la cotización del petróleo repercute sólo en una décima más de producto, cuando para el conjunto de España puede suponer un punto. Es así, según los economistas del BBVA, porque Asturias es una de las regiones donde el coste de transporte tiene menor peso en los presupuestos familiares y también por el reducido tamaño del sector exportador.

Población. Ese mismo informe del BBVA evalúa el impacto que sobre la velocidad de la recuperación ya tiene el declive demográfico de Asturias (pérdida de población y envejecimiento): sin ese lastre, estima el servicio de estudios del banco, Asturias estaría creciendo un 0,5% más, al 3,1%, a una décima de la media. La baja población activa, que condiciona el potencial de crecimiento; el menor dinamismo del consumo y de la vivienda y el aumento de los costes asociados al Estado del bienestar son algunos de los efectos sobre el PIB de la cuestión demográfica, uno de los mayores desafíos que, según el consenso de los expertos, tiene por delante la región para prosperar de manera sostenible.

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