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Medio siglo de Sadei (II)

El laboratorio de ideas de Asturias

Los informes de la Sociedad de Estudios Económicos, los primeros que pusieron cifras al declive de la región, señalaron el rumbo para transfomar los sectores básicos

En noviembre de 1971 el praviano Jesús Arango tenía 24 años y acababa de licenciarse en Económicas en la Complutense de Madrid. Buscaba trabajo. En las páginas de LA NUEVA ESPAÑA leyó un anuncio que le cambió la vida. "Se precisa un economista", ponía en letras grandes sin más pistas que una dirección. Acudió a ella y tras un examen al que también se presentaron otros aspirantes comenzó a trabajar en la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), que se había fundado cinco años antes y conocía porque en su época de estudiante había manejado el primer "Estudio sobre la estructura económica de Asturias", el correspondiente a 1967, para hacer un trabajo.

"Casi todo lo que sé de economía lo aprendí en Sadei, no en la facultad. Fue mi experiencia laboral más gratificante", señala Arango, que destaca que allí, a través de los datos y los trabajos de campo, comenzó a tener una visión de la región más allá de la Asturias central e industrial. Trabajó durante nueve años en Sadei, los últimos compatibilizando esa labor con la docencia en la Facultad de Económicas de la Universidad de Oviedo, por la que finalmente se decantó en 1980. Luego sería consejero de Agricultura en los gobiernos de Pedro de Silva, secretario general de Estructuras Agrarias y secretario general de Empleo, entre otros cargos.

Arango conoce Sadei desde todos los ángulos. Como estudiante y profesor que manejaba los informes y estadísticas, como trabajador de la institución que recopiló y sistematizó la información, como cargo público que la utilizó para diseñar políticas, como dirigente -fue vicepresidente de Sadei cuando formó parte del Gobierno regional- y ahora, que ya está jubilado, como ciudadano que utiliza los datos para evaluar la acción política.

"No sé si la sociedad regional es consciente de la importancia de contar con la base de datos de Sadei, la más antigua de las regiones de España y que llega al nivel de parroquia y permite hacer micropolítica, acciones casi personalizas", destaca Arango. "Disponer de información sistematizada en el tiempo no es valorado por el ciudadano hasta que la necesita. Cuando busca el dato es cuando se da cuenta de su importancia", apunta por su parte el economista Ramiro Lomba, actual director de Sadei, donde trabaja desde 1986. Cuando él entró en la institución, el Principado ya tenía el 70% de su capital y se había especializado en la producción y difusión estadística regional; pero en sus orígenes, Sadei era sobre todo una agencia de apoyo a proyectos regionales, un centro de análisis económico que en sus estudios incluía recomendaciones y propuestas políticas a emprender, un laboratorio de ideas para la región que de inicio estaba sustentado por fondos privados.

El origen de Sadei se atribuye a José López-Muñiz, entonces presidente de la Diputación Provincial. "La elaboración de informes y estudios era competencia exclusiva del aparato administrativo del Sindicato Vertical, pero para negociar con Madrid las infraestructuras básicas para la región había que contar con argumentos, con informes propios, por lo que López-Muñiz diseñó un fórmula para contar con esos estudios sin comprometer su cargo", señala Ramiro Lomba. Esa fórmula fue Sadei, con una forma jurídica societaria que se ha mantenido hasta hoy. López-Muñiz, como presidente de la Diputación, también era presidente de Caja de Ahorros de Asturias y miembro del consejo de administración de Hidroeléctrica del Cantábrico, entidades que junto con la Cámara de Comercio de Oviedo fueron las fundadoras de Sadei en 1966. Luego, dos años después, se haría la primera ampliación de capital, en la que ya entró la Diputación, otras entidades bancarias, empresas como Hunosa y Ensidesa, y las cámaras de Gijón y Avilés.

La plantilla inicial de Sadei, dirigida por Ricardo Gómez Muñoz, estaba formada por dos economistas, dos ingenieros y dos secretarias (actualmente la sociedad tiene 18 trabajadores) que se instalaron en la cuarta planta de la sede de la Cámara de Comercio de Oviedo, en la calle Quintana. El primer trabajo publicado, a petición de la Diputación Regional, fue en 1967 "El estudio económico sobre la instalación de una fábrica de productos derivados de la manzana"y el primero de envergadura, a petición de Caja de Ahorros de Asturias, fue el "Estudio sobre la estructura económica de Asturias 1967". Se editó en 1968, año en el que también se publicó el voluminoso "Programa de reestructuración de la economía asturiana", encargado por la Comisaría del Plan de Desarrollo Económico y Social. En 1972 vieron la luz los dos tomos de "La industria siderometalúrgica en Asturias", que se elaboró en colaboración con el Nederlands Economischs Institut y fue el primer estudio regional en España en el que se utilizaron tablas input-output para analizar la interdependencia de las industrias. Un año después, el creador de ese modelo económico, Wassily Leontief, obtuvo el "Nobel".

Las alternativas

Para hacer el estudio sobre la siderurgia, Arango se pasó seis meses en las instalaciones de Ensidesa y Uninsa. "En aquellos años la sociedad asturiana no era consciente del declive de sus sectores básicos ni de la dependencia del sector público y Sadei tuvo un importante papel de sensibilización, primero poniendo cifras al declive y después dando alternativas", afirma Arango, que destaca cómo en esa época desde el centro de estudios se empezaron a plantear posibilidades de diversificación y por primera vez se valoró el turismo. Desde 1970 al frente de Sadei estaba el ingeniero Pedro Piñera (fallecido el pasado año) y es precisamente él quien en su posterior etapa como consejero de Obras Públicas en el gobierno de Pedro de Silva lanzó la marca "Asturias paraíso natural", que puso a la región en el mapa de destinos viajeros.

Pedro Piñera, el economista Manuel Díaz-Faes y el propio Jesús Arango fueron consejeros de gobiernos regionales tras su paso por Sadei y la socióloga Rosa María González Fernández-Corugedo (también fallecida el pasado año) fue asesora del presidente Pedro de Silva. Pero antes que las personas, se trasvasaron a los gobiernos las ideas.

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