Caja Rural de Asturias y otras 19 cooperativas de crédito han vendido su filial madrileña Caja de Crédito Cooperativo (cuya marca comercial es Novanca) a la Caja Rural de Jaén, que ha procedido a su absorción.

Novanca fue constituida a fines de 2006 por veinte cajas rurales (cada una con una participación del 5% en su capital) mediante la adquisición de la licencia bancaria que había utilizado hasta 2005 la Caja Escolar de Fomento. Novanca empezó a operar en diciembre de 2007 como un proyecto para extender el modelo de crédito cooperativo a la Comunidad de Madrid, donde desarrolló un estilo de banca con rasgos singulares y diferenciados.

La crisis financiera de 2008 le sorprendió en plena fase de implantación y le obligó a frenar las aperturas. El diseño inicial de rentabilidad se había hecho en un escenario de crecimiento económico y sobre un tamaño mínimo de 36 oficinas. En la actualidad Novanca tenía 18 sucursales y 52 empleados.

Novanca entró en pérdidas y sus socios tuvieron que reponer capital. Desde hace más de dos años estaba negociándose su venta. Un grupo inversor liderado por el asturiano Tomás Niembro y otro socio, ambos con intereses en Venezuela y España, se interesó por la compra de Novanca conjuntamente con la del Banco Europeo de Finanzas, de Málaga, lo que finalmente no prosperó. Ahora la Caja Rural de Jaén, Barcelona y Madrid (más conocida como Caja Rural de Jaén) ha consumado su anexión.