La propuesta planteada por Liberbank a los sindicatos para reducir 979 empleos (171 en Asturias) antes del 30 de junio de 2017 mediante bajas incentivadas y rescisiones voluntarias de contrato (despidos pactados) ha suscitado en las organizaciones sindicales diferentes grados de rechazo, que van desde la reticencia a la abierta hostilidad. CSI y CSICA harán una asamblea mañana en Gijón. El banco citó a los sindicatos para el lunes en Madrid. Varios sindicatos dijeron que la empresa pretende "unas negociaciones muy rápidas" (CC OO), "a prisa y corriendo" (CSI) y "breves" (UGT).

CSI rechaza el plan, que juzga "difícilmente aceptable" por sus "repercusiones fiscales y la situación actual del mercado de trabajo", y tachó de "chantaje intolerable" que la empresa considere la opción de aplicar "despidos puros y duros" si el plan de bajas voluntarias no tuviese aceptación. También criticó la exclusión de los nacidos en 1959 y 1960 que no se hubieran acogido al plan de bajas voluntarias del año pasado.

CSICA opinó que se trata de "una reestructuración que tendrá un impacto muy importante en la plantilla" y subrayó la "gravedad" del planteamiento de la empresa.

STC sigue rechazando que la negociación se aborde como grupo (Liberbank más su banco filial CCM) y no sólo en el banco Liberbank: una y otra opción entrañan mayorías sindicales diferentes. STC exige que, si prospera la negociación como grupo y el acuerdo final no tiene el respaldo de la mayoría sindical en el banco matriz (Liberbank), el acuerdo tenga eficacia limitada a CCM.

El sindicato cántabro Apecasyc opinó que la negociación abierta por la empresa trata de "justificar con firmas lo que ya está decidido", y que calificó de "infamia". Apecasyc también se opone a la negociación como grupo y, aunque supone que acabará habiendo mejoras parciales en el planteamiento de la empresa, consideró "intolerable" el planteamiento de que pueda haber medidas duras si no se alcanza el objetivo de bajas voluntarias.

CC OO aseguró que con su demanda contra el anterior plan de bajas bilateral y personalizado ha garantizado que "lo que se acuerde, si es que finalmente se acuerda algo, se ofrezca a todo el mundo y que a todos sea lo mismo".

UGT habló de "feroz reestructuración" y expresó su "oposición rotunda" a lo que ve como "una vuelta de tuerca más a la incertidumbre y miedo que impera en toda la plantilla"

CSIF considera "correcto" que se plantee como "bajas voluntarias" pero no cree "realista" el plan y duda que tenga aceptación porque "toda la cantidad" recibida como incentivo por quien se acoja al plan "tributaría por IRPF, además de otros inconvenientes".