"Nuestra sede está en el Parque Tecnológico de Gijón, pero nuestra presencia es universal". Esta frase del presidente y fundador de TSK, Sabino García Vallina, define los valores y la trayectoria de la ingeniería gijonesa, una empresa familiar que desde su creación ha multiplicado por diez el número de empleados y por doscientos el volumen de ventas, hasta alcanzar los 1.000 trabajadores y 900 millones de facturación con que cerrará este año. Representantes del mundo empresarial y de la sociedad asturiana acompañaron ayer al empresario y a su familia en la conmemoración del trigésimo aniversario de la constitución de TSK.

García Vallina compartió ayer el éxito alcanzado con sus trabajadores, señalando que "a ser empresario no se aprende en la universidad, pero tampoco se nace empresario; el empresario se hace día a día con el trabajo de todos por que sin todo el equipo humano no se hace empresa", apuntando que él no es el empresario en TSK, sino que lo son todos los que forman la compañía.

El factor humano como clave del crecimiento de TSK ya había sido puesto de manifiesto por su hijo y consejero delegado de la empresa, Joaquín García, quien le precedió en el uso de la palabra. El presidente de la patronal asturiana, FADE, Pedro Luis García Sánchez abundó en esa idea, destacando que lo importante para él es la cabeza de quienes emplea y cómo cuida a su plantilla: "Pocos empresarios conozco tan preocupados de lo social", señaló el dirigente de FADE.

Además del factor humano en su empresa, la visión que tuvo en 2000 García Vallina, apostando por la internacionalización y también por la diversificación, fue lo que ha llevado a TSK a ser lo que es hoy. En palabras de su hijo, "en 2000 hicimos una reflexión estratégica y redefinimos nuestra visión para ser una empresa puntera en recursos humanos, tecnologías y rentabilidad, con valores de flexibilidad, innovación, competitividad, compromiso, respeto e ilusión" que ha llevado a TSK a tener presencia en 28 países cuatro continentes y a convertirse en una empresa con "importante capacidad de atraer talento", con más de 15 solicitantes de empleo para cada plaza que ofertan. Con 350 millones de euros de fondos propios, los más de 2.200 millones en cartera de pedidos que acumulan les garantiza ocupación para dos años y medio, muy por encima de la media del sector.

Sabino García Vallina destacó que TSK es una empresa joven que ha sabido adaptarse a los cambios que han derribado barreras en el último medio siglo, pero a la vez manteniendo los valores con que se fundó, algo fundamental en una empresa familiar, para mantener "una trayectoria coherente".

Globalización

El presidente del Principado, Javier Fernández, puso a TSK como "un ejemplo empresarial reconocible en toda España", ejemplo a seguir por empresas de cualquier sector en Asturias, dado que "las exigencias de competitividad y capacidad de maniobra en la realidad global en la que vivimos en el siglo XXI es común a prácticamente todos los sectores económicos", señalando que la globalización no es reversible y "estamos obligados a aprender a movernos en este mundo".

Esa trayectoria ejemplar fue también puesta de manifiesto por el presidente de FADE, quien dio las gracias a TSK "por demostrar que desde Asturias se puede hacer una empresa competitiva, diversificada y global, sin salir de aquí". La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, apuntó que "empresas como TSK son las que traerán empleo y prosperidad para Asturias".