-¿Y eso no ocurre en Asturias?
-No creo que ese problema sea exclusivo de Asturias. En ese contexto que comentaba antes, la principal preocupación de las universidades españolas tradicionales es, sospecho, contentar de alguna manera a sus miembros, que son los profesores, más que hacer una docencia fantástica y una investigación útil para la sociedad. Y eso más allá de los heroísmos locales, que hay muchos.
-Como profesor de Economía que está lejos de su tierra, ¿cómo ve a Asturias?
-A mí lo que más me preocupa de Asturias es el tema demográfico. El hecho de que no haya políticas públicas más atrevidas o más potentes en ese aspecto es cuanto menos sorprendente.
-¿Le sorprende por el contraste con Finlandia?
-Si. En Finlandia, en la década de los años noventa del pasado siglo, hubo una crisis económica fuerte y hubo problemas demográficos importantes, con una natalidad baja. Una de las reacciones que tuvo la sociedad fue adoptar políticas públicas de fomento de la natalidad de calado.
-Se lo tomaron en serio.
-En cualquier modelo económico que pensemos, una sociedad con muchos viejos y poca población en edad de trabajar tendrá un futuro muy sombrío. Me sorprende que este no sea el centro del debate en Asturias, más allá de cuestiones puntuales como si tenemos la variante ferroviaria de Pajares para tardar media hora o una "horina" menos en llegar a Madrid en tren.
-¿Qué tipo de políticas se pusieron en marcha en Finlandia para fomentar la natalidad que se puedan adoptar en Asturias?
-Por ejemplo las bajas de maternidad son mucho más amplias que aquí en España. Son de once meses entre el padre y la madre. Además, hay un tema que tiene difícil solución en el contexto español que es desastroso mercado laboral, que dificulta que la gente tenga hijos. Allí, en Finlandia, ayuda que la gente tenga mayor certeza sobre los temas laborales. Así, cualquier estímulo a la natalidad tiene una mayor respuesta.
