Enrique Iglesias (El Franco, Asturias, 1930), , economista, político, exministro de Uruguay y expresidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otras muchas responsabilidades internacionales, alerta contra el proteccionismo: "Es un error y si se recrudece, será un desastre". Iglesias participó en Oviedo en una jornada del Consejo Empresrial Alianza por Iberoamérica.

- Tras un decenio desde el estallido de la crisis y la mayor expansión monetaria de la historia, la economía mundial crece sólo ligeramente por encima del 3%. ¿Hay motivos para temer que la salida de la crisis no sea suficientemente sólida?

-Sí los hay. Para los que vivimos las crisis desde los años 60, la emisión monetaria del Fed y el Banco Central Europeo nos ha costado procesarlas aunque las entendemos. Pero quedamos muy limitados a los estímulos banco-centralistas y poco de otras políticas. Esto me hace pensar que la crisis aún no ha sido resuelta definitivamente y que nuevos fenómenos alimentan las dudas sobre salidas firmes.

- Los bancos centrales reclaman más reformas y más estímulo fiscal. ¿Hay margen cuando la austeridad ha creado desafección y cuando la deuda mundial está en récord?

-La desafección a la globalización y los nacionalismos políticos tienen causas muy complejas y no serán resueltas solamente por los Bancos Centrales o la expansión del gasto fiscal. En todo caso el dilema que usted plantea es real: si no crece la productividad y se estimula el comercio, las soluciones son limitadas y los recursos fiscales en algunos casos han tocado su techo de viabilidad.

- ¿Los paraísos fiscales y los acuerdos tributarios bilaterales entre multinacionales y gobiernos restan margen para las políticas de estímulo?

-Así es. El tema de los paraísos fiscales y los acuerdos de tributación están restando millones de dólares a las arcas fiscales. El tema lo viene abordando con mucho coraje y realismo la OCDE. Los poderes fácticos hacen que los gobiernos tengan las manos cruzadas para actuar o los intereses privados les impidan hacerlo.

- La vuelta al proteccionismo ¿es un error?

-Sí y muy serio. Nos costó décadas poder crear la Unctad (Conferencia de la Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) y llegar a la creación de la OMC (Organización Mundial del Comercio). Yo presidí la Ronda Uruguay en 1986 que dio el puntapié a las negociaciones que culminaron ocho años después con la creación de la OMC. Ha sido un avance histórico. Queda mucho por hacer especialmente en el proteccionismo paraarancelario. Un recrudecimiento del proteccionismo sería un desastre. Para los que lo promueven y en particular para los países en vías de desarrollo.

- ¿Se extenderá la tentación?

-Depende mucho de la posición final de los Estados Unidos. El equipo actual está revisando los acuerdos bilaterales y multilaterales de USA y también la vigencia o aceptación de la autoridad otorgada a la OMC. Estamos entrando en un peligroso camino que puede significar un retroceso hacia el proteccionismo que el mundo pagará muy caro, y en particular los países en vías de desarrollo. Podríamos entrar en una etapa de nuevas guerras comerciales y generación de zonas de influencia en el comercio mundial peligroso.

- ¿Sería posibleuna globalización que no cree exclusión?

-Ambiciosa pregunta y pobre respuesta. Teóricamente debería ser posible. Eso se puede enfrentar si seguimos apuntalando los mecanismos multilaterales y no de alcaldadas de los países poderosos.

- ¿El Brexit puede ser el principio del fin de la UE?

-Podría. Es lo que recojo además de la opinión de autorizados expertos. Yo también lo temo. La declaración de este fin de semana de los países de la Unión Europea en Roma en la celebración del 60 aniversario nos deja la esperanza viva.

- ¿Le inquieta una UE a varias velocidades o es una opción pragmática para que los países se sientan a gusto según su grado de compromiso?

-No me considero un experto en las negociaciones de la UE. Pero conozco la variada experiencia latinoamericana. En teoría yo hubiera preferido entrar en varias velocidades. Hubiera sido más pragmático y permitiría convivir con realidades políticas y económicas tan diferentes como las que muestra la UE. Creo que deberá ser la salida en el futuro inmediato.

- Trump ha irrumpido con una estrategia rompedora. ¿Ve riesgos o aciertos en ella?

-Riesgos y muchos. Pero habrá que esperar a que se vayan materializando las propuestas electorales y se conozcan las reacciones de los distintos poderes fácticos dentro de la política americana, como los partidos políticos, el Congreso, el Fed, la Justicia o la opinión pública. Todo eso es todavía confuso y con distintas versiones de las políticas propuestas y no solo la del Presidente.

- América Latina lleva seis años desacelerando. ¿Confía en que recupere su dinamismo?

-Lo está recuperando. Sorteamos bastante bien el golpe de la crisis última con la caída de los precios de las materias primas. Lo hicimos porque teníamos menos deuda, buenas reservas internacionales e inversiones externas sostenidas, y sobre todo con políticas de flexibilidad cambiaria. Argentina y Brasil vuelven al crecimiento y esto afecta mucho los promedios regionales porque son más de la mitad del producto regional.

- Si el dólar siguiese fortaleciéndose, otras áreas podrían ganar competitividad pero las deudas latinoamericanas se encarecerán y algunos países verán subir sus tipos de interés. ¿Pesarán más unos factores que otros?

-No estoy de acuerdo con que América Latina se beneficiara con la valorización del dólar. Estamos en el área dólar y nuestras exportaciones se encarecerán en términos de otras monedas En cambio concuerdo que nos afectará el costo de la deuda. Habrá salida de capitales pero creo que el vigor creciente del mercado latinoamericano moderará las experiencias del pasado.

- ¿China pueda transitar hacia un nuevo modelo, encauzar su elevada deuda empresarial y dar un nuevo marco a su moneda sin generar graves distorsiones como en enero de 2016?

-La economía China enfrenta los problemas que usted menciona, a lo que se agregan profundos desajustes en su sistema financiero, tanto el oficial como el que está en la sombra. China es la segunda economía del mundo y todo lo que allí ocurra será crecientemente importante sobre el resto del mundo. Para nosotros latinoamericanos, la condición de primer o segundo cliente de las exportaciones sobre todo de Sudamérica, nos importa mucho el destino de la economía china.

- La economía digital y la robotización ¿entraña un desafío para garantizar una economía inclusiva y que no siga generando paro y desigualdad?

-No me siento capacitado para darle una opinión autorizada, pero sí comparto sus temores. Conocemos el lado brillante de la digitalización pero sabemos poco del lado negativo. Que lo tiene. Ese lado toca temas vitales para el futuro de la humanidad como su impacto sobre el empleo. Todo eso está despertando un importante debate.

- ¿Ve remedios para el escaso avance de la productividad y el bajo crecimiento potencial?

-Me siento tentado a creer en las proyecciones de Larry Summers sobre una etapa de estancamiento estructural. Es un tema controvertido pero estamos enfrentando retos desconocidos y complejos y hay que moverse con cautela. En cualquier hipótesis, el crecimiento de la productividad es vital para un mundo más próspero y justo. Así lo creemos en América Latina, donde el tema es especialmente serio.

- ¿Confía en que el mundo esté entrando en una fase sostenible de crecimiento o no hay que descartar recaídas? ¿Es verosímil una larga etapa de crecimiento lánguido?

-Estamos entrando en un periodo de turbulencias de variado origen y, sobre todo, muy difíciles de enfrentar. Pero las soluciones serán mucho más difíciles si no apuntamos a fortalecer el edificio multilateral de cooperación internacional que tiene más de medio siglo en construcción y que de repente empieza a hacer agua y a peligrar..

- La economía española ha repuntado con fuerza, como en otras salidas de crisis severas, pero lo ha hecho con la ayuda de factores externos favorables. ¿Ve al país con fortaleza para seguir creciendo con vigor?

-Ustedes demostraron capacidad de reacción a la última crisis internacional. Les costó mucho esfuerzo social y político y siempre se pudieron haber hecho mejor las cosas. Pero la economía está demostrando una extraordinaria capacidad exportadora y de atracción de inversiones. Dos puntales importantes para seguir teniendo una posición confiada en el futuro de España. De todos modos, la pasada semana el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, dejó una lista de temas pendientes de respuesta a la administración económica española. Vale la pena recordarlas.

- Creciendo al 3,2% en 2015 y 2016, España ha creado empleo con intensidad pero con mala calidad. ¿Es inevitable que esto sea así?

-Es cierto. Pero en todo caso es mejor que la gente esté pobremente empleada a que este desempleada. El tema es devolverle calidad al empleo en estabilidad y en ingreso. Me temo que la experiencia española no sea la única y habrá que seguir trabajando para encontrar soluciones modernas a temas que no son nada fáciles.