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El acercamiento entre el PP y el PNV refuerza los "privilegios" de la financiación vasca

El País Vasco puede lograr una rebaja de lo que paga al Estado, pese a que Asturias y otras regiones demandaron un cupo mayor

El acercamiento entre el PP y el PNV refuerza los "privilegios" de la financiación vasca

La negociación entre el Gobierno de Mariano Rajoy y el PNV sobre el llamado cupo vasco está en "vías de solución", según corroboraron ayer dirigentes de la formación nacionalista. Tal acercamiento remueve el principal obstáculo para que el PP recabe el apoyo de los diputados peneuvistas (5) a su proyecto de Presupuestos Generales para 2017. Y tiene otra consecuencia: consolida y refuerza un aspecto del régimen foral del País Vasco que ha sido cuestionado por otros gobiernos regionales y particularmente por el de Asturias. En documentos sobre el sistema de financiación autonómica, el Principado ha calificado como "un claro privilegio" el tratamiento que recibe Euskadi por la infravaloración del dinero que cada año debe aportar al Estado. De las conversaciones con Madrid, el PNV puede salir con un acuerdo que reduzca más esa cantidad.

El cupo (aportación en el caso navarro) es un elemento principal del modelo foral del País Vasco y Navarra. En el sistema que comparten las otras quince regiones, el Estado recauda los impuestos principales y el 70% de los ingresos se aporta a un fondo común que luego se redistribuye en función de las necesidades. Por tanto, forma parte de la esencia del sistema la transferencia de recursos de los territorios ricos a los pobres. El modelo foral supone que las instituciones navarras y vascas (las diputaciones, en este caso) recaudan directamente los impuestos estatales (IRPF, IVA y Sociedades) y ambas se quedan con el dinero, salvo una cantidad (cupo o aportación) que pagan al Estado para compensar lo que éste gasta en esas comunidades.

El cálculo del cupo vasco se fija en leyes quinquenales que negocian bilateralmente los Gobiernos central y autonómico. En caso de desacuerdo, se mantiene la situación precedente. Es lo que ha ocurrido desde 2011, año en el que sobre el papel vencía la última ley, pactada por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero con el PNV a cambio de su apoyo para otros presupuestos. De manera sistemática, los sucesivos gobiernos del PSOE y del PP han concedido rebajas del cupo o aumentos de soberanía fiscal al País Vasco a cambio de apoyo político en Madrid. Por su parte, el PNV desplegó generalmente esta estrategia: elevar el tono de exigencia sobre el cupo cuando sus votos tenían más valor en el Congreso (para los gobiernos en minoría de Felipe González, de José María Aznar, de Zapatero y ahora de Rajoy) y mantener el "status quo" cuando existen mayorías absolutas.

Ahora, el PNV aspiraba a dejar el cupo en unos 900 millones al año, frente a los casi 1.600 pactados en 2011. Los nacionalistas vascos aducen además que el Estado tiene con Euskadi una deuda de 1.600 millones por "excesos" de pagos en estos últimos años. No han trascendido detalles, pero el entendimiento entre el PP y el PNV sugiere que, por una vía u otra, el País Vasco logrará una rebaja en sus aportaciones o como mínimo evitará aumentarlas.

Un desenlace así colisionaría con las posiciones de varios gobiernos regionales que han expresado sus quejas por la escasa contribución de los territorios forales al principio de solidaridad interterritorial y por la opacidad del cálculo del cupo vasco. En un informe remitido al Gobierno central en 2015, la Consejería de Hacienda del Principado expresaba: "El resultado de los regímenes forales constituye un privilegio que no responde en modo alguno al mandato constitucional. Tanto el cupo vasco como la aportación navarra deben se calculados correctamente para que su resultado en términos de recursos por habitante ajustado sea equiparable al que ofrece el régimen común".

La queja de Asturias, formulada en aquel momento ante la expectativa de contactos para reformar la financiación autonómica, conecta con las opiniones de hacendistas que, como el asturiano Ángel de la Fuente y el vasco Ignacio Zubiri, sostienen que Vitoria obtiene una financiación extra de entre 4.000 y 5.000 millones al año gracias a la infravaloración del cupo. Según sus tesis, ocurre de ese modo porque el coste de las competencia exclusivas del País Vasco (policía autónoma, financiación local y otras), clave para la cuenta del cupo, está extraordinariamente inflado. Ello explica en buena medida que, de acuerdo con los estudios de Zubiri sobre el período 2007-2011 (ver gráfico adjunto), la financiación media por habitante sean en el País Vasco un 78% superior a la de Asturias.

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