La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Verdes asume ACS en plena recuperación pero con un núcleo accionarial reducido

El ingeniero ovetense se convierte hoy en consejero delegado y sucesor "in pectore" de Florentino Pérez, que renuncia al puesto ejecutivo y seguirá como presidente

Marcelino Fernández Verdes (Oviedo, 1955), ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, y con 30 años de experiencia profesional en el grupo ACS, se convertirá hoy en el consejero delegado y "número dos" del conglomerado español, que, con 177.000 empleados, operaciones en más de 35 países y un volumen de negocio de casi 32.000 millones, es una de las mayores organizaciones empresariales del mundo en los ámbitos de la obra civil, la construcción, ingeniería y servicios industriales, la edificación, los servicios a la ciudadanía, la gestión de concesiones y la explotación de parques de generación de energías renovables.

Este movimiento es el primer paso en el diseño sucesorio de Florentino Pérez, bajo cuyo liderazgo el grupo ACS se transformó a partir de 1983 en un gigante multisectorial y en una multinacional mediante una fortísima expansión orgánica y la compra de 15 compañías en España y el extranjero. Pérez, presidente del Real Madrid, cede ahora el primer puesto ejecutivo en ACS a su colaborador asturiano aunque continuará en la presidencia de la compañía, de acuerdo con una fórmula de transición que se anunció en abril de 2015 bajo la premisa de que Fernández Verdes sea el futuro sucesor con todos los poderes del máximo dirigente de la organización.

Fernández Verdes, que llega al cargo tras una larga trayectoria en la casa y tras haber conseguido darle la vuelta en algún caso y relanzar en muy pocos años el negocio de la filial alemana (Hochtief) y de sus subsidiarias estadounidense (Turner) y australiana (Cimic, la antigua Leighton), tendrá como principal reto marcar su propio rumbo y estilo de dirección en una organización forjada por el talante, el tono cercano y la impronta muy personal de Pérez.

Al ovetense, que tendrá que desarrollar un modelo de liderazgo que ya no podrá basarse en el binomio de dirección y propiedad que sí concurre en el actual presidente y hasta hoy consejero delegado, le asistirá el conocimiento de la casa, el crédito y reconocimiento del que goza en la organización (sobre todo, por su contribución a la internacionalización del grupo) y su acreditado entendimiento con Florentino.

Fernández Verdes, que compatibilizará su nuevo cargo con el de consejero delegado de Hochtief y de Cimic, cree en los equipos (lo reiteró ayer en Essen, Alemania, durante la junta general de accionistas de Hochtief) y, amén de ese punto de apoyo, y del respaldo de los mayores accionistas de ACS, recibe una compañía que ha protagonizado un profundo saneamiento y mejora de su cuenta de resultados en los cuatro últimos años. Con la venta de Urbaser y otros activos, ACS logró reducir su deuda el 79%, rebajándola de 5.712 millones en 2012 a 1.214 millones, equivalentes al 60% del beneficio bruto de explotación (ebitda), que el año pasado se situó en 2.023 millones.

Este esfuerzo de amortización de débitos y la mejora de resultados (el grupo pasó en ese tiempo de perder 1.926 millones a ganar 751 millones, pese a que la facturación se redujo el 17%, hasta algo menos de 32.000 millones) ha sido reconocida por el mercado. Aunque aún lejos de los casi 47 euros por acción a los que llegó a cotizar en Bolsa en 2007 (el año previo a la crisis), el valor ha protagonizado una remontada en el parqué del 227% desde los 10,84 euros que marcó en los días infaustos de julio de 2012, cuando la prima de riesgo de España se encaramó a los 649 puntos básicos, hasta los 35,45 euros de ayer.

El esfuerzo de saneamiento realizado le acaba de permitir una calificación crediticia positiva (la primera que tramita el grupo) por la agencia estadounidense Standard & Poor's (S&P), que le ha otorgado un "rating" en nivel de inversión (BBB). S&P destacó en su dictamen su "diversidad geográfica y empresarial, así como su capacidad para implementar proyectos grandes y técnicamente complejo".

La diversidad geográfica de la organización, en la que Fernández Verdes estuvo y va a seguir estando muy involucrado, fue una salvaguardia desde que la inversión en obra pública se desplomó en España a causa de los ajustes fiscales para contener el déficit presupuestario causado por la recesión y el consecuente ascenso de la deuda soberana. Hoy el mercado español apenas aporta el 16% del negocio del grupo.

La recuperación de resultados de la compañía se ha producido en paralelo con la reducción del núcleo accionarial de control. Se fueron los March, que llegaron a tener el 22% y ahora mantienen una posición residual tras haber sido durante años los mayores propietarios, y también vendieron recientemente los Fluxá su 5,6%.

La desinversión de ambas estirpes mallorquinas ha dejado a ACS bajo el respaldo exclusivo del 12,52% de Florentino Pérez y del 9% en poder de los financieros Aberto Cortina y Alberto Alcocer. El resto (más del 78%) flota en Bolsa y esto deja abierto el riesgo de opas hostiles. Pero un buen conocedor del grupo no lo cree probable: "ACS es demasiado grande. Es el segundo mayor operador mundial en su ámbito".

Compartir el artículo

stats