Emilio Saracho, presidente del Banco Popular hasta la intervención y venta de la entidad madrileña el pasado miércoles, no está entre los más de 300.000 accionistas que han perdido su dinero. Según la información de la CNMV, Saracho, que estuvo en el puesto algo más de cinco meses, era uno de los pocos presidentes de empresas cotizadas sin participación en el capital de la sociedad a la que representan. Ignacio Sánchez-Asiain, consejero delegado hasta el miércoles, tampoco tenía declarada participación.