La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

PEDRO ORTEA | Consejero delegado de Ascensores Tresa y nuevo presidente de la Asociación Asturiana de la Empresa Familiar

"Los asturianos estamos entre los mejores, pero nos vendemos mal"

"Los asturianos estamos entre los mejores, pero nos vendemos mal"

Pedro Ortea, consejero delegado de la compañía gijonesa de fabricación, montaje y mantenimiento Ascensores Tresa, es desde hace una semana el nuevo presidente de la Asociación Asturiana de Empresa Familiar (Aefas). "La capacidad de las empresas asturianas es muy grande pero se desconoce", sostiene. Aboga por crear redes de relación entre las empresas asturianas que permitan que las más punteras puedan subcontratar más en Asturias y que unas tiren de otras. Y defiende las bondades de la empresa familiar, que tiene, afirma, un mayor compromiso con el territorio y con el empleo y en la que se produce una transferencia de valores, añade, entre la dinastía fundadora y la compañía.

-¿Con qué proyectos emprende el mandato?

-Quiero seguir con los planes para ayudar a la formación en las empresas asociadas. La empresa de carácter familiar tiene complicaciones añadidas porque a la gestión empresarial se suma la gestión familiar. Tenemos que ayudar a la sucesión y al relevo generacional, y a la profesionalización en la dirección de las empresas. Cuando la empresa familiar surge lo hace con la voluntad de transmitirse entre miembro de la dinastía, pero la familia tiene que concienciarse de que para que la empresa siga adelante tiene que se confiada a las personas más capacitadas, y que éstas no tienen por qué ser miembros de la familia, por lo que conviene diferenciar la propiedad de la responsabilidad de la gestión. Si ambas coinciden, mejor, pero no tiene por qué ser así. Esta objetivación genera a veces tensiones y ahí la asociación puede ayudar porque todos tenemos esta misma situación.

-¿Conviene, en todo caso, la implicación de miembros de la familia?

-Podemos animar a las nuevas generaciones para que asuman algún puesto de responsabilidad, entre otras razones porque el impuesto de sucesiones exige que algún miembro de la familia ocupe algún cargo directivo relevante para que se posible acogerse a las bonificaciones previstas.

-¿El escaso tamaño, por lo común, de la empresa familiar es un desafío?

-Es un reto que tenemos que plantearnos. Uno de los problemas es que solemos ser empresas pequeñas y medianas, salvo alguna grande, y cuanto más pequeña sea la empresa, mayor será la dificultad para afrontar los periodos de crisis. Cuando se crece, se generan economías de escala, y esto aumenta la competitividad, generas más riqueza y más empleo. Y si combinamos esto con los valores familiares, aún somos más competitivos.

-¿Por qué?

-Porque cuando se gestiona la empresa y a la vez la familia, se transmiten los valores del fundador y de la familia a la empresa. La empresa familiar tiene un mayor arraigo y compromiso con el territorio, mayor capacidad de resistir en el lugar en vez de irse y deslocalizarse. Este tipo de sociedades nacen aquí y tributan aquí. Y si creces fuera, traes a Asturias la riqueza que generas en otros mercados.

-¿Cabe el apoyo recíproco?

-El crecimiento de las empresas debe conciliarse con la generación en Asturias de un ecosistema entre empresas de la región. En Tresa hemos conocido en el extranjero a proveedores asturianos de los que no teníamos noticia. Tenemos que preocuparnos de que las empresas y los proveedores se conozcan entre sí como hacen en algunas regiones, lo que favorece que las empresas sean más grandes. Si Ascensores Tresa crece y exporta, lo ideal sería que tirásemos de otras empresas asturianas, y esto exige que nos conozcamos. Es significativo que muchas veces hayamos conocidos a proveedores asturianos en ferias en el extranjero y no aquí.

-¿Cuál es el ejemplo a seguir?

-En el País Vasco, por ejemplo, se apoyan mucho entre sí y sólo buscan fuera lo que no tienen en su tierra. Para esto tiene mucho apoyo institucional. Vamos a intentarlo. Yo sé que en Asturias las Administraciones públicas van a ser receptivas.

-¿Hay reticencias a crecer por normas disuasorias?

-Hay obstáculos normativos: por ejemplo, en algunos planes urbanísticos de polígonos las parcelas hasta 10.000 metros cuadrados tienen una edificabilidad del 60%, pero a partir de 10.001 metros baja al 40%. Crecer supone a veces que tengas que dedicar mucha energía a cuestiones que no son tu actividad y que implican gastos. Por eso pedimos normativas que faciliten la actividad.

-¿Cree que allí donde prolifera más la empresa familiar crece el dinamismo y también el tamaño de las empresas?

-Está ligado. Y donde hay más empresas familiar y mayor tamaño de los negocios el territorio va mejor. Es posible hacerlo. Galicia se convirtió en una referencia mundial de la moda cuando en los años 70 y 80 ni se la conocía en el sector. Se potenció y se logró ese salto en una sola generación, y también con la ayuda del carácter familiar de estas empresas. Las empresas que no tienen este carácter familiar puede irse cuando detectan oportunidades o factores más beneficios en otros territorios, pero la familiar se queda y genera un efecto dinamizador. Y también es mayor el compromiso con el empleo. Cuando surgen dificultades económicas, el empresario familiar trata de reubicar al personal antes que prescindir de él y trata de formarlo en varias funciones para que si no hay tarea en una, se incorpore a otra. Al empresario familiar le crea verdaderos problemas prescindir de plantilla. El trabajador no es un número: tiene nombre y apellidos. Y, a la inversa, el empleado también tiene un compromiso muy alto con la empresa cuando ésta es familiar. Es recíproco.

-¿La empresa familiar puede verse como una fase transitoria hasta transformarse, tarde o temprano, en un grupo convencional?

-Ocurre con frecuencia que se pierda la condición familiar en la tercera, cuarta o quinta generación. Pero la idea es ayudarlas a que prosperen como tales, creando consejos familiares. Es natural que las acciones se dispersen a medida que se crece y se producen sucesiones. Pero incluso cuando cotizan en Bolsa y los fundadores se queden en minoría, la familia sigue siendo un factor importante y una fuente de influencia positivo.

-¿Qué opinión tiene de la empresa asturiana?

-Si los asturianos no somos los mejores, estamos entre los mejores, pero nos conocemos poco y nos vendemos mal. La capacidad de las empresas asturianas es muy grande pero se desconoce. El problema es que somos excesivamente autocríticos. A veces somos más duros nosotros con nosotros mismos. Es un mito que Asturias sólo tiene actividad en sectores tradicionales. Por ejemplo, somos la tercera región en empresas de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) tras Madrid y Valencia, según un reciente informe del BBVA. Es fundamental que rememos todos en el mismo sentido y no ir cada cual por su lado. Y hay que lograr definir una estrategia que no varíe según quién gobierne. En otras regiones las estrategias se diseñan de acuerdo con la comunidad empresarial. Pero en Asturias hay también ventajas y fortalezas. Instituciones como el Idepa, Prodintec y otras son envidiadas en otras regiones.

-¿Cómo es capaz una pequeña empresa familiar como Ascensores Tresa de sobrevivir en un sector tan dominado por grandes multinacionales?

-Fuimos expertos en mantenimiento antes de que nos lanzáramos a fabricar e instalar ascensores y esto nos dio un gran conocimiento. Nuestra capacidad técnica para desarrollar productos propios nos permite no depender de terceros. Fabricamos el ascensor y también la "maniobra", que es el cerebro del elevador. Y el creador de la empresa, Gonzalo Suárez, apostó siempre por la calidad. Incluso en los momentos más delicados, que nos obligó a reducir costes, la calidad se mantuvo. Y cuando en 2000 vimos que la "burbuja" de la edificación en España no iba a ser sostenible, empezamos a abrir mercado en el exterior. Hoy estamos en todos los continentes. Nuestro producto es muy robusto y fácil y damos buena asistencia. Esto se valora mucho en muchos países. Hay empresas que compran nuestros ascensores como marca blanca.

-¿Cómo ve el entorno económico?

-Con los matices que se quiera, la situación económica va mejor. Es fundamental que haya estabilidad política y seguridad jurídica porque esto crea confianza, y esto es un atractivo que atrae inversiones de fuera. Se puede hacer más y ayudar desde las instituciones. Y no estoy pidiendo dinero, sino colaboración.

Compartir el artículo

stats