El virus informático "Petya", con el que se perpetró el martes el nuevo ciberataque global, es más sofisticado y más refinado que el "WannaCry" -el virus que el mes pasado causó una tremenda alarma mundial- pero ha tenido un efecto mucho más limitado. ¿Por qué? Los expertos asturianos aseguran que tras el susto que muchas compañías se llevaron hace unas semanas, la mayoría ha actualizado sus antivirus y sus sistemas operativos, lo que ha repelido el ataque de este nuevo germen informático. No obstante, "vendrán más y serán peores", advirtió ayer el vicedecano del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos en Informática del Principado de Asturias (CITIPA), Modesto Álvarez, que aseguró que en la región el efecto contagio fue escaso.

Aún así, la infección informática logró paralizar actividad en algunas grandes multinacionales. Una de ellas fue Saint-Gobain en Avilés. Pese al contagio, fuentes de la plantilla apuntaron que no fue necesario parar ninguna línea de producción y solo se vio ligeramente trastocada la actividad del departamento de pedidos y expediciones. Eso sí, para seguir con la actividad fue preciso desconectar los equipos de la red.

El virus también pasó de refilón por el puerto de El Musel. Aunque los tentáculos del germen tocaron de lleno a la naviera danesa A.P. Moller-Maersk, que tiene la concesión de la terminal de contenedores de El Musel, el contagio no afectó a sus equipos informáticos en Asturias.

En España los efectos del "Petya" fueron también mínimos. No obstante, según apuntó Ignacio Arduengo, especialista en seguridad informática de Seresco y miembro del llamado grupo M45 (formado por compañías asturianas para luchar contra la ciberdelincuencia), el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) elevó ayer el nivel de alerta por ataques informáticos al 76 (sobre cien). Un baremo que el martes estaba en el 49. Aún así sostiene que "tendrá poca incidencia".

El sistema que usa el "Petya" para expandirse es muy similar al "WannaCry". "Entra a través de un archivo de Office que se recibe por el correo", explica Arduengo. Abrirlo supone caer en la trampa. Y se mueve de equipo en equipo de una forma muy parecida también, arrastrándose por las carpetas de archivos compartidos. Pero su peculiaridad es que el secuestro de los archivos es más eficiente. "Este está mejor hecho, mejor pensado, el "WannaCry" tenía fallos de principiante", asegura Modesto Álvarez. Pese al esmero de los ciberdelincuentes, sus efectos han sido limitados.