El euro prosiguió ayer su escalada y superó -por vez primera en dos años y medio- la barrera de los 1,2 dólares. La senda alcista de la moneda europea acumula una revalorización de casi el 16% desde los 1,0387 del 20 de diciembre y el 14% desde que comenzó el año. La divisa llegó a cambiarse ayer a 1,2063 dólares, aunque luego se relajó hasta los 1,2005.

El mercado cambiario ha acabado así, en sólo ocho meses de remontada, con el efecto depreciador sobre el euro de dos años y medio de ofensiva monetaria del Banco Central Europeo (BCE), en los que el eurobanco lleva inyectados 2,04 billones para rebajar el tipo de cambio del euro desde los 1,2005 dólares a los que se cambiaba a comienzos de 2015, luchar contra el riesgo de deflación, alentar el crecimiento económico y reducir las primas de riesgo y los tipos de interés a largo plazo.

EE UU. Parte de la remontada del euro obedece al viaje de vuelta de muchos inversores que habían cruzado el Atlántico atraídos por el inicio de la subida de tipos oficiales de interés en EE UU en diciembre de 2015 mientras en la eurozona persisten en el 0%, la creencia de que las políticas altamente inflacionarias prometidas por Donald Trump forzarían a la Reserva Federal a intensificar el endurecimiento de su política monetaria con una elevación más rauda de las tasas de interés, y la fortísima revalorización de la Bolsa estadounidense por la previsión de crecimiento de los beneficios de las grandes empresas a consecuencia de la prometida rebaja fiscal a las corporaciones, el anuncio de grandes planes de inversión pública y de gasto armamentístico, el compromiso de aliviar la regulación a los bancos y la apalabrada defensa del mercado interno con aranceles y un impuesto en frontera.

Parte de los inversores vuelven ahora al área euro decepcionados por la inoperancia de Trump -incapaz de sacar adelante su agenda económica, e incluso de pactarla con su propio partido- y por su debilidad política, que quedó patente con el reciente rosario de renuncias en su equipo, lo que hace temer que buena parte de los efectos económicos esperados no se vayan a materializar. La creencia de que la Bolsa norteamericana puede haber incurrido ya en una "burbuja" y estar ante el riesgo de un correctivo está contribuyendo también a la recomposición de carteras y a que los capitales vuelvan al euro, donde los mercados bursátiles tienen mayor recorrido al alza.

Eurozona. Al redescubrimiento europeo ayuda la mejora de las expectativas económicas de la eurozona, la disipación de algunos riesgos políticos (caso del temor al triunfo de Le Pen en Francia) y que en diciembre (salvo que haya otra prórroga) debería comenzar la retirada gradual de estímulos monetarios por el BCE. Un discurso de su presidente, Mario Draghi, el 28 de junio en Sintra (Portugal), alentó esta expectativa, al igual que la ausencia de referencias a la política monetaria en su discurso del viernes en Jackson Hole (EE UU) y la omisión de cualquier síntoma de preocupación en esa intervención por el alza de la moneda europea.

La tormenta tropical Harvey, que ha castigado a zonas petroleras de EE UU, podría contribuir a la subida del precio del crudo, como pretende la OPEP y otros países productores con sus pactos de recortes de producción. También la debilidad del dólar (que tiene una correlación inversa con el crudo) ayuda a ello. Un encarecimiento del crudo acercaría la inflación en la eurozona al objetivo del 2% y dejaría sin argumentos a Draghi para prorrogar la ofensiva monetaria y los tipos de interés de referencia en el 0%. Los mercados, al intentar anticiparse a la subida del euro que causaría la subida de tipos por el BCE, precipitan su revalorización.

El lanzamiento por Corea del Norte de un misil balístico sobre Japón se interpreta como un desafío a EE UU y esto tiende a debilitar al dólar por la huida del dinero hacia el oro (ayer cotizó a 1.326,80 dólares por onza, un nivel no visto desde de septiembre de 2016) y otros valores refugio, como el franco suizo. El debilitamiento del dólar ayuda al alza del euro en el cruce de ambas divisas.

Efectos. La apreciación del euro, de persistir o agudizarse, resta competitividad a las exportaciones de los países del área (caso de España), abarata las importaciones, encarece la llegada de turistas desde otras zonas monetarias, merma la repatriación de beneficios por empresas con filiales en el área dólar y presiona a la baja la inflación. Por todo ello, ayer las Bolsas europeas cayeron.