La compañía gijonesa TSK, en consorcio con la multinacional General Electric, ha sido adjudicataria por la empresa de energía renovable Masdar, con sede en Abu Dhabi, de un contrato de ingeniería y construcción llave en mano de un parque eólico de 50 megavatios de potencia en Omán y que será el mayor complejo de este tipo en el área del Golfo Pérsico. El importe de la inversión no fue dado a conocer.

El parque eólico estará situado en Dhofar, al suroeste de Omán y al noroeste de Yenmen, y suministrará energía a 16.000 viviendas. Se estima que compensará 110.000 toneladas de emisiones anuales de dióxido de carbono. El proyecto nace de la colaboración de Masdar y la Compañía de Electricidad de Áreas Rurales de Omán.

La adjudicación refuerza la implantación de la ingeniería TSK, que preside Sabino García Vallina y dirige Joaquín García Rico, en Oriente Medio, donde el grupo gijonés está acometiendo en la actualidad una refinería de azúcar en Arabia Saudí, una planta termosolar en Kuwait y una planta fotovoltaica y una terminal portuaria en Jordania. La cartera de trabajo de TSK en el área supera los 500 millones de euros. Oriente Media concentra (con datos del pasado ejercicio) el 30% de las ventas de la sociedad, sólo por detrás de América, que suma el 35%.

Omán posee un gran potencial de desarrollo de las energías renovables, en particular de la solar y eólica, y supone por ello una oportunidad de expansión en la zona del grupo gijonés, que tiene una larga experiencia en generación de energía eólica.

Con datos actualizados hasta marzo, TSK prevé cerrar 2017 con un incremento del volumen de negocio del 10%, con lo que, de materializarse, superaría por vez primera los 1.000 millones de euros en ventas. El año pasado cerró el ejercicio con una facturación de 977 millones (el 32% más que en 2015) y un beneficio neto (antes de impuestos) de 74 millones.

La estrategia del grupo es que ningún mercado nacional ni área de actividad supere el 15% de la contratación.

TSK, que ha forjado su trayectoria expansiva en sus 30 años de existencia con crecimiento orgánico y con compras de ingenierías, consumó su última adquisición el pasado julio con la anexión de la filial alavesa de ingeniería y construcción de plantas de energía del grupo Ingeteam, con el que TSK colabora en proyectos conjuntos desde 1985.