La reforma de la ley de autónomos que acaba de aprobar definitivamente el Senado ha dejado un sabor agridulce en este colectivo. La asociación de autoempleados CEAT, integrada dentro de la patronal FADE, valoró ayer muy positivamente que la norma introduzca algunas de sus viejas reclamaciones. Entre ellas, que se pueda variar la base de cotización hasta cuatro veces al año o la rebaja en los recargos por retrasarse en el pago de la cuota a la Seguridad Social. Pero CEAT critica que varias de las medidas estrella, como la ampliación de la tarifa plana o la posibilidad de cobrar la pensión de forma íntegra y seguir trabajano, no llegarán a un importante número de cotizantes por cuenta propia. En concreto, no se podrán beneficiar de ellas los llamados autónomos societarios. Son un grupo bastante numeroso, formado en Asturias por más de 22.000 personas, casi un tercio de los 75.000 autoempleados que están dados de alta.
Esta fórmula, la del autónomo societario, es muy utilizada cuando dos o más personas se unen para crear de forma conjunta un negocio, explica Ignacio García, líder de CEAT en Asturias. Funciona tanto para montar una ferretería o una compañía tecnológica. "Constituirse como una sociedad (generalmente, una S. L.) les da una mayor seguridad jurídica, pero cotizan y trabajan igual que el resto de autoempleados; sin embargo parece que hay una falta de sensibilidad hacia ellos", critica. La mayoría de las ayudas y bonificaciones que el Gobierno está promoviendo para fomentar el autotrabajo suele dejar de lado a este colectivo. Tal es así que algunos autónomos societarios han decidido pasar a la acción y, por ejemplo, han llevado a los tribunales a la Administración por no permitirles beneficiarse de la llamada tarifa plana, una ayuda económica por la que los nuevos autónomos sólo pagarán 50 euros durante su primer año de actividad (hasta ahora durante seis meses). En algunos juzgado de lugares como Madrid, señala García, el colectivo está consiguiendo sentencias favorables.
Ahora, el Parlamento nacional les ha dado una de cal y otra de arena a los autónomos con la aprobación de su nueva ley. "Nos parece una normativa satisfactoria, que incluye muchas medidas importantes, pese a que se ha perdido una oportunidad con los societarios", señala Ignacio García.
Entre las medidas positivas cita la posibilidad de variar de forma flexible la base de cotización, la deducción de algunos gastos vinculados con la actividad profesional, las ayudas para las autónomas o la mayor protección para aquellos que sufran un accidente in itinere (de camino al trabajo). De muchas de estas iniciativas sí que podrán beneficiarse los autónomos societarios, pero, resalta García, tal y como está redactada la ley se les dejará fuera de algunas de las medidas más relevantes. Una de las mejoras de la que no podrán beneficiarse es la que establece que el autónomo podrá cobrar toda la pensión y seguir trabajando siempre y cuando tenga al menos un asalariado. Y eso pese a que la mayoría tienen empleados en plantilla. Según los cálculos de CEAT, los 22.000 autónomos societarios de Asturias dan trabajo a cien mil personas. "Son un pilar básico de nuestra economía", señala García.
La asociación no pierde la esperanza y confía en que la comisión política que se creará en el Parlamento para hacer un seguimiento de esta ley e ir introduciendo las mejoras oportunas les haga caso. "Vamos a intentar influir para que se adopten estos cambios", concluye García.
