El "Viernes Negro" o "Black Friday", campaña de descuentos importada de EE UU, dejó ver ayer que los asturianos están enganchados a esta operación de mercadotecnia propia de la propensión al consumo de bajo coste ("low cost"), acentuada por la última crisis. Los anuncios de descuentos incluso superiores al 50% atrajeron a miles de ciudadanos a los complejos comerciales y, en menor medida, a las tiendas de proximidad en las ciudades, damnificadas por la lluvia y en inferioridad de condiciones frente a los grandes formatos, según la queja recurrente de las asociaciones de pequeños comerciantes.

Fuentes de varias de las grandes superficies comerciales (El Corte Inglés, Carrefour e Intu) transmitieron a este diario la idea de que este "Viernes Negro" ha tenido más movimiento de personas y de compras que en los años precedentes. "Es un fenómeno creciente", comentó uno de los directivos consultados. La campaña se ha extendido en duración y en sectores implicados. En algún caso las ofertas comenzaron ya el pasado lunes, aunque como norma general se desarrollan entre el jueves y hasta hoy, sábado. Así ha ocurrido en los principales centros comerciales y también en las campañas del comercio de proximidad. "Tenemos que estar ahí para competir, pero esta tendencia al descuento permanente daña al sector", reflexionó Magdalena Huelga, secretaria general de la Federación Asturiana de Comercio, que ha organizado una campaña del "Black Friday" en Oviedo a la que se han sumado cerca de 130 establecimientos.

"Esto responde a una política comercial ajena a las costumbres españolas y es una manera de romper el consumo navideño, que supone un porcentaje altísimo de las ventas anuales para cualquier negocio de ciudad. El 'Black Friday' solo beneficia a las grandes cadenas y a las plataformas de venta por internet", opinó el gerente de la asociación que representa a los comerciantes de la comarca avilesina, José Antonio Álvarez Menéndez. Loli Olavarrieta, presidenta de los comerciales del Caudal, abogó por restablecer la antigua regulación de las rebajas.

En cierta medida, la lluvia de ayer reforzó el tirón de los grandes centros comerciales frente a los establecimientos urbanos. Elena Ibáñez, que regenta una óptica en Gijón, ofreció los descuentos durante toda la semana. "De lunes a jueves funcionaron muy bien, pero hoy no, con este día que hace", explicó. El "Viernes negro", originalmente muy concentrado en los productos tecnológicos, la ropa o los juguetes, se ha extendido a todo tipo de productos y servicios. Y también a la banca, que en estos días intensifica su oferta de prestamos para el consumo.

En los accesos a algunos comerciales, como el de Intu en Paredes (Siero), se produjeron congestiones puntuales de tráfico durante la mañana. Hubo notable afluencia, sobre todo en las tiendas de ropa y tecnología, aunque el alcance de las rebajas decepcionó a algunos. "Había menos rebajas menos de lo que esperaba", afirmó José Antonio Fanjul, que pese a ello ayer salía del centro comercial sierense con un nuevo televiso. "En realidad veníamos a por otra cosa, pero salimos con la tele", confesó. Las mayores "gangas", señalaron otros, estaban en el sector textil. Como las que encontró Fernando Martínez, que ayer renovó su armario "por algo más de 100 euros". Ayer, este joven salía del centro comercial con seis bolsas cargadas de ropa de una conocida cadena textil. Un auténtico militante del "Black Friday".