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Comienza la carrera a la presidencia de FADE

Belarmino Feito, salto de la Argañosa a la NASA | Alejandro Díaz, expansión sobre ruedas

Belarmino Feito en su taller de Avilés. FERNANDO GEIJO

Belarmino Feito, presidente de Asturfeito comenzó con un taller de 40 m2 y ahora fabrica megaestructuras para la ciencia

El industrial somedano Belarmino Feito (Perlunes, 1965) es el claro ejemplo del empresario forjado a sí mismo. Tenía 24 años cuando puso en marcha en Oviedo un taller de pequeñas reparaciones para plantas industriales y ámbito doméstico. Aquel pequeño negocio que impulsó en solitario es el germen de Asturfeito, empresa líder en el sector de bienes de equipo que trabaja en proyectos industriales de alto contenido tecnológico e innovador con eco mundial. Poco amigo de protagonismos, a muchos cogió por sorpresa que opte a la presidencia de la FADE. Dicen que no resultó fácil convencerlo, porque no fue él quien se postuló para el puesto. Buen número de asociaciones sectoriales le pidieron que impulsara una candidatura. Él, hombre reflexivo y nada impulsivo, escuchó, pensó detenidamente en ello y acabó dando un paso al frente.

Feito dejó su Somiedo natal con seis años para ir al colegio a Belmonte de Miranda. A los 13 se mudó a Oviedo con su familia y siendo un quinceañero entró como aprendiz en la empresa de su hermano mayor, un trabajo que compaginó con los estudios nocturnos. A los 24 dio el salto en solitario y fundó Asturfeito en un taller de cuarenta metros cuadrados de la Argañosa. En 1990 se trasladó a una nave del polígono de Silvota, donde empezó a trabajar para pequeñas y medianas empresas, y más adelante para grandes compañías asturianas, como Ensidesa o Hunosa, así como para el sector del armamento.

El somedano trasladó en 1999 Asturfeito al polígono de Tabaza (Carreño) y entró en el siglo XXI firmando el primer contrato internacional. Esas miras tempranas al mercado exterior resultaron claves para superar la última crisis y para reorientar la empresa a nuevos sectores, como la industria de la ciencia. El punto de inflexión en ese campo lo marcó el proyecto ALMA, inaugurado en 2012 en los Andes chilenos, que aceleró la expansión de la compañía en Avilés y empujó a Feito a expandirse en unas naves de grandes dimensiones en el Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA), en los terrenos que ocupó la central térmica de Ensidesa. Aquella inversión superó los 24 millones. Asturfeito, firma homologada por el CERN (Laboratorio Europeo para la Investigación Nuclear) y la NASA, se ha especializado en los últimos años en cuatro sectores: el científico, el nuclear, las energías renovables y el petrolífero y gasístico. Da empleo directo a 240 trabajadores.

Belarmino Feito, que fue Joven Empresario del Año en 2004 y Medalla de Plata de Asturias en 2014 (suma una docena de reconocimientos por su trayectoria), es consejero de Asturgar desde 2006 (ahora está en la ejecutiva), vicepresidente de Femetal, presidente de Asturmanager y también forma parte de la junta directiva de la Asociación Técnica Española de Galvanización (ATEG). Es de los que no tiene pelos en la lengua para criticar las taras de Asturias bajo la mirada de la patronal, como las conexiones aéreas, la pérdida de la autopista del mar o las deficiencias de la formación profesional. Empresario dialogante y siempre con miras a medio y largo plazo, en "casa" valora los equipos por encima de las individualidades. En eso, defiende siempre el industrial somedano, radica precisamente el éxito de Asturfeito. Su mayor logro empresarial, sostiene, ha sido conseguir rodearse de "un gran equipo"

Alejandro Díaz González, fundador del grupo Baldajos, premio nacional Joven Empresario, ha creado 120 empleos a partir de un garaje

La carrera empresarial de Alejandro Díaz González (Gijón, 1979) ha ido siempre sobre ruedas. Este joven aspirante a ser el patrón de los patronos asturianos ha hecho de los neumáticos su negocio y sobre ellos ha ido tomando velocidad en su trayecto empresarial. Su marca de talleres de reparación Baldajos dio hace un tiempo el salto nacional con la apertura varios puntos de venta. Ahora ya está listo, incluso, para abandonar las autopistas españolas y buscar nuevas aventuras en el extranjero. Quizás con parada antes en FADE, de cuyo consejo ejecutivo ha formado parte bajo la presidencia de Pedro Luis Fernández.

Todo echó a rodar cuando tenía 22 años. Fue entonces cuando montó un taller en Gijón, su ciudad natal, aunque reside en Luanco. Siempre a la orilla del Cantábrico. Al negocio le puso el nombre del barrio: Neumáticos Viesques lucía en el cartel de la entrada. Los comienzos no fueron sencillos. Díaz echaba muchas horas en el interior de aquel taller. No solía cerrar al mediodía. De hecho, la mayoría de las veces comía en el interior para no perder tiempo y coger más clientes. Todos los que pudiera. Fue su padre, que tenía experiencia en el sector después de muchos años trabajando para una gran multinacional que se dedica a la fabricación de neumáticos, el que le echó una mano para iniciarse en el negocio. De casta le viene al galgo.

La verdadera oportunidad para dar el salto surgió a los tres años de abrir aquel taller, allá por 2005, cuando adquirió Vulcanizados Baldajos. La dueña, María Baldajos, se jubilaba y dejaba libre una marca de gran prestigio en la comarca de Avilés, que ahora es la enseña de su negocio. Y se lanzó a por ella. De aquella la compañía tenía cuatro empleados, ahora tiene en nómina 120.

Su olfato le llevó a ver un enorme nicho de mercado entre los camioneros. Y así fue como unos meses después abrió un nuevo punto de venta de neumáticos en Tabaza (Carreño), el primero de muchos, la expansión de la compañía comenzaba por casa.

Pero la cosa no se quedó ahí ni mucho menos. Ya tenía puntos de venta y talleres de reparación, así que el siguiente paso fue el de comenzar a fabricar sus propios neumáticos. Optó por los reciclados. Las ruedas a la compañía se las puso tirando de algún que otro crédito, alguno concedido por el ICO. Gracias a eso, en 2009 compró Recauchutados del Cantábrico, y un poco después Recauchutados Eduardo.

La compañía cogió velocidad gracias a la fabricación de este tipo de neumáticos. Su fábrica encontró acomodo en Langreo, en pleno corazón de las comarcas mineras, en el polígono de La Moral. Díaz acabó decidiéndose por esa ubicación atraído por los bajos precios de este área industria lo más bien por el excesivo coste del metro cuadrado en otras zonas más concurridas de la región.

La factoría está en plena expansión. En diciembre acabarán las obras de ampliación que se iniciaron hace unos meses para poder producir unos neumáticos industriales y todoterreno (los llamados OTR) para grúas y vehículos de gran tamaño. Todo está preparado.

En 2012, Díaz ganó el premio de Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE). Se lo entregó el actual Rey, Felipe de Borbón, por aquel entonces Príncipe de Asturias en una cena en Cádiz.

Ahora busca ganar la batalla por presidir FADE.

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