El sector sidrero asturiano debe "investigar, innovar, buscar la diferenciación y desarrollar nuevos productos", según José Cardín, gerente de Valle, Ballina y Fernández (Sidra El Gaitero), de Villaciosa, y ser capaz de "diferenciarse" en un "mercado saturado y con guerra de precios" mediante la "innovación" en las elaboraciones y la "construcción de marca" con el fin de establecer vínculos "emocionales" con elconsumidor, según José Masaveu Herrero, director general de la división de Bodegas del Grupo Masaveu, productor de la sidra de hielo Valverán en Sariego.

Ambos intervenieron en el ciclo "Perspectivas de la industria asturiana", en el RIDEA, en Oviedo. Ambos productores (el primero, con 127 años de tradición y el segundo, con 17 de implantación en el sector) apelaron a la singularidad de la "cultura sidrera" asturiana como hecho distintivo que debe contribuir a remarcar la diferenciación y el posicionamiento en el mercado y a establecer, dijo Masaveu, "emociones" por las que "el consumidor esté dispuesto a pagar", en tanto que se trata -dijo Cardín- de "un valor añadido muy importante".

Esto valor cualitativo contrasta con que "los asturianos no valoramos la sidra", según el gerente y vicepresidente de Valle, Ballina Fernández, porque mientras aumentos en el precio de 50 céntimos "en un vaso de vino" se admiten sin controversia, ese mismo incremento en el precio de una botella de sidra "puede causar una revolución", dijo, "Subir la sidra cuesta más que acabar la Variante".

La remuneración es imprescindible para avanzar en "los productos de calidad", según Cardín, y en otros requisitos, sostuvo Masaveu, como "el diseño, ser capaces de generar curiosidad, lograr transmisión percepciones y llegar a las personas". De esa retribución también dependerá, señalaron, la correcta remuneración del cosechero. Lagareros y cosecheros deben generar "empatía" mutua, a sabiendas, dijo Masaveu, de que no es posible resolver los problemas de unos si no se corrigen los de los otros.

Impedir la vecería del manzano puede ser inalcanzable, pero debe avanzarse, afirmaron, en atenuarla. Si los lagareros dependen en años alternos de manzana foránea por insuficiencia de la producción autóctona, las bodegas no podrán abandonar a sus suerte a sus proveedores cuando Asturias tenga excedente de producción porque son suministradores que se volverán a necesitar al año siguiente. La apuesta por la sidra íntegramente asturiana, como la que garantiza la denominación de origen, debe ser un objetivo creciente, opinaron.