La formulación de los resultados de Duro Felguera en 2017 (que arrojarán unas cifras negativas por encima de 202 millones, las mayores pérdidas en sus 160 años de historia) fueron aplazadas a última hora de la tarde de ayer tras otra dilatada reunión de su consejo de administración.

El afloramiento de pérdidas cuantiosas, que podrían darse a conocer hoy según medios cercanos a la compañía, forma parte del diseño de rescate del grupo que han consensuado la sociedad y los principales bancos acreedores con conocimiento de las entidades asesoras, y que consiste en asumir como deterioros los riesgos millonarios en proyectos, litigios con clientes e impagos y deudas de países con problemas.

Este ajuste supondrá situar a la compañía en posición de patrimonio negativo y causa de disolución, que se eludirá mediante la convocatoria de una ampliación de capital que previsiblemente se situará en la banda alta del rango que se ha manejado hasta ahora: más cerca de 125 millones que de 100. A cambio, la banca acreedora condonará deuda y dará avales y liquidez. Fuente financieras aseguraron ayer que la banca sigue avanzando en el diseño de qué parte del esfuerzo asumirá cada banco y ratificaron que existe la determinación y el compromiso firme de reflotar a Duro.

Las dilatadas y tensas reuniones del consejo siguen reflejando las fuertes divergencias existentes en este órgano de la compañía entre la dirección, que encabeza el nuevo presidente (Acacio Rodríguez), y los mayores accionistas, liderados por su antecesor en el cargo, Ángel del Valle.