La dirección de Arcelor Mittal y los principales sindicatos llegaron anoche a un acuerdo para activar un nuevo plan de trabajo en la acería de Gijón que permita elevar la producción hasta el millón de toneladas al año. Se trata de una medida encaminada a mejorar los resultados de las instalaciones de Veriña, donde los talleres de productos largos, así como el tren de chapa gruesa, registraron pérdidas el pasado año.

El acuerdo abre la puerta a que la multinacional recurra a la contratación de trabajadores a través de empresas de empleo temporal para reforzar la plantilla de la acería de Gijón, un procedimiento de contratación al que se venían resistiendo las organizaciones sindicales. El texto pactado, indicaron fuentes conocedoras, hace posible que Arcelor utilice personal "subcontratado y/o temporal" para intensificar el funcionamiento de los dos convertidores de la acería. El plan será aplicado hasta final de año, cuando se chequearán sus resultados.

Durante otra reunión reciente, el primer ejecutivo del Clúster Asturias de Arcelor Mittal, Oswaldo Suárez, expuso a los sindicatos el riesgo de que, ante los problemas de productividad de la factoría de productos largos y del tren de chapa, la multinacional podría llegar a congelar alguna de las inversiones que están aprobadas y aparcar otras en el futuro.

Las instalaciones asturianas están concernidas, como el resto de las europeas, por los aranceles anunciados por Trump sobre el acero. Ayer, el portavoz del Gobierno asturiano, Guillermo Martínez, pidió al Ejecutivo estatal que ejerza la presión necesaria en Europa para evitar que los aranceles anunciados por EE UU a las exportaciones de aluminio y acero afecten a la industria española y asturiana. Martínez puso de manifiesto la "trascendencia" de estos sectores para la actividad industrial asturiana y el crecimiento económico. Se refirió en concreto a las factorías de Arcelor y Alcoa, y a todos los empleos que de ellas dependen, para afirmar que "cualquier medida que pueda afectar" a estas industrias, perjudica la economía asturiana.

El eurodiputado socialista asturiano Jonás Fernández también expresó en el Parlamento Europeo su preocupación por las plantas asturianas de acero y aluminio, ante el riesgo de que las producciones que eviten EE UU vayan hacia los mercados de la UE, donde las citadas instalaciones hacen la mayor parte de su negocio. Pidió que la eurocámara apoye "la respuesta firme y rápida de la Comisión Europea" y exigió al parlamento que "siga muy de cerca esta cuestión".