El sector asturiano del metal puede estar abocado a una tensión laboral creciente que podría desembocar en una huelga durante el verano, avisaron ayer los sindicatos. La tensión laboral es alta después de que las negociaciones sobre el nuevo convenio colectivo encallaran esta semana. La tirantez la verbalizaron ayer los representantes de los sindicatos UGT y CC OO, que acusaron a la patronal Femetal de estar poniendo sobre la mesa medidas que calificaron de "retrógradas e inasumibles". Con este panorama, las centrales sindicales celebrarán mañana, jueves, asambleas entre sus afiliados para decidir las medidas de presión a adoptar y el grado de contundencia, aunque ya adelantaron que pretenden comenzar con movilizaciones menores a las que seguirán después de junio otras con mayor tono, incluidos posibles paros en el sector.

¿Qué ofrece Femetal? La patronal quiere limitar la subida salarial al 1% fijo durante este año, más otro porcentaje variable que estaría en función de que en cada empresa se alcancen determinados objetivos que ellas mismas fijarían: aumento de productividad, descenso de absentismo.... Es un modelo que los sindicatos califican de arbitrario y muy difícil de controlar.

El secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Afines (FICA) de UGT, Jenaro Martínez, señaló: "No firmaremos ningún acuerdo que esté por debajo de la subida del 2% del año pasado". La propuesta sindical es que las nóminas en el sector suban al menos el 3%, porcentaje que, como señaló el líder de la Federación de Industria de CC OO, Damián Manzano, "está acorde" con las ganancias de las empresas del sector. Los indicadores y encuestas de coyuntura prevén una mejora del negocio de estas compañías para los próximos meses, argumentan los sindicatos.

"Los planteamientos de la patronal suponen un claro retroceso para los trabajadores", defendió Manzano. Otra muestra de ese retroceso, a juicio de los sindicatos, es que Femetal propone congelar el complemento la antigüedad de los trabajadores actuales. Este concepto supone un incremento del 5% de las nóminas sobre el salario base cada quinquenio (cada cinco años). La patronal, que ayer rechazó hacer valoraciones, aseguró hace unos días que el complemento de antigüedad no aportaba nada a la competitividad de las empresas. Plantea que se suprima para los nuevos trabajadores que se vayan incorporando al sector y congelar de forma indefinida la antigüedad que cobran los 25.000 trabajadores que la tienen ahora en sus nóminas.

"Es inasumible", resumió Manzano, mientras que Jenaro Martínez aseguró que la patronal está planteando un convenio "retrógrado y regresivo".

Tampoco ha convencido a los sindicatos la propuesta para aumentar la llamada jornada irregular (la bolsa de horas de la que las empresas pueden tirar aunque estén fuera de la jornada habitual sin necesidad de abonar horas extra). Los sindicatos aseguraron que esta propuesta va en sentido contrario a los planteamientos actuales, que abogan por una mayor conciliación de la vida familiar y la laboral.

Hay más leña para el fuego de la movilización, según los sindicatos, que cargaron contra el "doble discurso de los empresarios". UGT y CC OO afirman que la patronal se queja por un lado de que en el sector falta mano de obra, especialmente en determinados oficios, y "al mismo tiempo quiere rebajar las condiciones laborales". Pusieron como ejemplo a los empleados que se incorporan al trabajo tras acabar la Formación Profesional (FP) dual (programa que combina las clases en el aula con un puñado de horas de prácticas en las empresas) y que suelen entrar en nómina en la categoría más baja y con un salario modesto. "Eso precariza al sector y desincentiva la entrada de jóvenes", apuntó Manzano.

Otro planteamiento de la patronal que también ha irritado a las centrales sindicales es una propuesta para prolongar los contratos por obra y servicio hasta los cuatro años. La legislación laboral determina, como norma general, que este tipo de contratos deben convertirse en fijos si su duración rebasa los tres años.