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ArcelorMittal plantea a los sindicatos negociar un nuevo ERTE para todas sus plantas en España

La suspensión de contratos en Asturias, que concentra 5.000 de los 8.000 trabajadores que tiene la compañía en España, afectará especialmente a los talleres de "productos largos" durante las paradas que puedan sufrir las instalaciones

Hornos altos de Arcelor en Veriña

ArcelorMittal ha anunciado a sus sindicatos su voluntad de negociar un ERTE para todas las sociedades del grupo en España. El ERTE, que Arcelor tenía vigente el pasado año quedó sin efecto con la entrada de 2022 al no haber conseguido la mayoría sindical para prorrogarlo. Ahora, la empresa presenta a los trabajadores su voluntad de negociar un nuevo acuerdo de suspensión de contratos que, asegura, está motivado por “el incremento de los costes energéticos, las dificultades de la cadena logística y todas las relacionadas con la invasión de Ucrania”. La empresa no aplicaría un ERTE de manera inmediata, se trata de un recurso de flexibilidad con el que la compañía quiere contar para afrontar la crisis.

Desde la multinacional no han explicado aún el alcance que puede tener la medida que, sin embargo, se espera que sirva dar descanso a los trabajadores de las plantas que se van parando de manera intermitente para "evitar" los días con los costes energéticos más elevados. Algo que la empresa ha aplicado en sus instalaciones en el País Vasco y, en los últimos días, también en Asturias. La empresa paralizó durante unas jornadas instalaciones como hojalata, carril, alambrón o la acería de Gijón. Unas paradas que ya se están empezando a levantar.

Así, la multinacional propone la constitución de una comisión negociadora. Fuentes sindicales de la empresa en Asturias aseguran que el mayor impacto del ERTE en Asturias estará en la división de largos durante “los días de inactividad”. Asturias concentra 5.000 de los 8.000 trabajadores que tiene la multinacional en España. En la división de productos largos, una de las que registra peores números de la compañía, trabajan unos 900 empleados. Según los sindicatos asturianos, están abiertos a una negociación con la compañía para aplicar las suspensiones de contratos.

Arcelor ha arrancado ya este viernes la acería de Gijón. La empresa ha planteado a los sindicatos reducciones inmediatas de producción en la propia acería y en las instalaciones de largos, que dependen de esta, después de reiterar en una reunión con los representantes sindicales que "no son competitivas". Según fuentes presentes en la reunión, la empresa registró unas pérdidas en sus instalaciones gijonesas de entre 10 y 99 millones de euros, según habrían afirmado en el encuentro los directivos de la multinacional. Unos malos números que contrastan con el resultado de Arcelor en 2021 a nivel global, cuando batió todos sus récords de facturación gracias al incremento de la demanda tras la pandemia y la subida de los precios de los materiales.

Para ajustarse al mercado, caerán las toneladas producidas en la acería gijonesa y en los talleres de alambrón y carril. Estas instalaciones están actualmente paradas por la huelga del transporte y el coste del kilovatio/hora, pero se irán reactivando durante los próximos días. Los planes son reabrir este sábado el taller de alambrón y el lunes las instalaciones de carril . La empresa, dentro de sus planes de recortes para hacer frente a la crisis, hará otra parada inédita: la acería de Gijón se quedará sin actividad entre el 3 y el 30 de agosto, lo que afectará a buena parte de la cadena de producción de la empresa.

Tras las tres últimas semanas, muy complicadas para las plantas asturianas de Arcelor por la huelga del transporte y el alza de los precios energéticos, Arcelor vuelve a recuperar el pulso. Tras muchas jornadas reduciendo producción para adaptarse a las circunstancias de la huelga, los camiones empiezan a entrar y salir con normalidad de las instalaciones de la compañía en Asturias.

En mayo la directiva de las plantas asturianas deberá presentar su plan de inversiones para la descarbonización al grupo, un momento "crítico" para garantizar la viabilidad a futuro de las instalaciones asturianas de la siderúrgica.

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