Pablo Iglesias Turrión, candidato de Podemos a la Presidencia del Gobierno, se lió con la crítica y la ética en la Universidad Carlos III y le salió "Ética de la razón pura", un inédito de Immanuel Kant, filósofo prusiano autor de "Crítica de la razón pura" y de la "Crítica de la razón práctica". Son cosas del mucho hablar, como cuando se lió con Price Waterhouse Cooper y se fue al wáter de la Casa Blanca a price de Cooper, o algo así. Por su parte, Albert Rivera Díaz, candidato de Ciudadanos, admitió que no había leído títulos concretos de Kant, lo que quizá acabe descubriendo otro inédito kantiano como "Ética de la razón abstracta".
Estas cosas hay que aceptarlas, y no pedir que los candidatos conozcan a Kant y lo manejen en sus discursos porque eso es una cosa propia de borrachos rusos. Hace un par de años la Policía de la ciudad de Rostov-on-Don informó de la pelea que se desató entre dos hombres que discutían sobre Kant, y, en el transcurso de la pelea, el sospechoso sacó una pistola y disparó varias veces a su oponente con balas de goma. No queremos más violencia en esta campaña. Segundo González García, "número dos" de Podemos al Congreso por Asturias, se equivocó el otro día en el mitin en Oviedo citando una película, y no hay que enfadarse. Se trataba de "El crepúsculo de los dioses", que hizo tropezar a toda una generación de cinéfilos con "La caída de los dioses", película con la que no tiene nada que ver. Segun, de una generación más joven, tropezó en el apellido del director, a quien llamó Willy Wenders, creando un monstruo alemán de dos orillas, en vez de Billy Wilder. La generación anterior siempre tuvo tropiezos sonoros entre Willy Wilder y William Wyler. Sólo la siguiente podía meter por el medio a Wim Wenders. No dieron a ninguno de los tres directores ni en Economía ni en Periodismo, carreras que estudió en la Carlos III de Madrid, ni en el máster en Administración de Entidades de la Economía Social en la Universidad de Valencia, ni en el grado en Sociología en la UNED que está acabando.
