Barcelona / Oviedo

El Príncipe de Asturias presidió ayer en el cuartel barcelonés del Bruc el funeral por el soldado John Felipe Romero, de 21 años, muerto el lunes en un atentado en Afganistán. Al acto no asistió el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por su viaje a EE UU. Sí lo hicieron la ministra de Defensa, Carme Chacón; la vicepresidenta Elena Salgado; el líder del PP, Mariano Rajoy, y José Montilla.

Los padres y hermanos del fallecido no pudieron contener las lágrimas mientras sonaban los acordes de «La muerte no es el final», y cuando don Felipe les entregó la cruz al Mérito Militar con distintivo rojo y la bandera española que cubría el féretro. En su homilía el obispo castrense de Colombia, Fabio Suescun, se unió al dolor de las familias que sufren el «terrorismo inhumano» y destacó que el soldado Romero «quiso dar lo mejor de sí a los demás y se encontró con la muerte en Afganistán». Ante «acciones de fanáticos no debemos perder la calma (...); la libertad y la seguridad nos la jugamos a muchos kilómetros», añadió.

El vicesecretario de comunicación del PP, Esteban González Pons, criticó al presidente Zapatero por haber viajado a Washington para «hacer oración junto a Obama» en lugar de acudir al funeral por el soldado muerto en Afganistán y rezar junto a su familia. El dirigente popular exigió al jefe del Gobierno que aclare qué clase de misión es la de Afganistán, «si es una guerra o no», y «cuánto nos está costando».

Quien sí estuvo presente en el funeral fue Mariano Rajoy. El líder del PP afirmó que «John Felipe representa lo mejor de los nuevos españoles: un hijo de inmigrantes colombianos integrado en nuestro país hasta defender nuestros valores bajo la bandera española en las lejanas tierras de Afganistán». El PSOE tachó de «inadminisibles», «por inmorales» las críticas a Zapatero por su ausencia del funeral, y de «insulto» a las Fuerzas Armadas. Además, pidió a Rajoy que explique a la familia del soldado cómo puede morir por España y no caber en ella.