La propia ministra, Trinidad Jiménez, ha echado mano de numerosos análisis realizados en países extranjeros, como arma para combatir la guerra contra el tabaco, en los que se llega a la conclusión de que las consecuencias en la economía son nulas.

Y se refiere a la experiencia de otros países como Italia, Irlanda, Reino Unido, Estados Unidos y otros, similares culturalmente al nuestro, como México, Chile o Argentina.

Actualmente está permitido fumar en restaurantes y bares de menos de cien metros cuadrados, que suponen el 80 por ciento del total, con lo que los efectos prácticos de la Ley vigente son muy limitados.

De hecho, sólo 40.000 de los más de 350.000 locales de ocio existentes en España están libres de humo o cuentan con espacios compartimentados para los fumadores.

Pero España quiere subirse al carro de la propuesta hecha por la Comisión Europea para que en 2012 todos los países de la UE prohíban fumar en bares y restaurantes.

Un total de trece países europeos, que suman un conjunto de 220 millones de habitantes, ya están protegidos del humo ambiental del tabaco y, según Jiménez, nosotros no podemos ser menos.

Salud vs hosteleros

Todas las sociedades científicas, los partidos políticos -incluido el PP, que tantos escollos puso a la Ley de 2006 en Valencia, La Rioja, Castilla y León y Madrid-, los sindicatos y las organizaciones de consumidores se inclinan a favor de este proyecto.

Infinidad de campañas y estudios científicos se han difundido en los medios de comunicación últimamente, para que la gente sepa que unas 60.000 personas pierden cada año la vida en España por culpa del tabaco, una cifra mayor que el conjunto de fallecidos por accidentes de tráfico, sida y drogas ilegales.

A este mensaje se han sumado las cajetillas, que se seguirán vendiendo en los bares, pero con imágenes espeluznantes sobre las consecuencias de este hábito que valen más que mil palabras.

Estos argumentos no parecen achantar a los propietarios de los establecimientos de ocio nocturno que han puesto en marcha una campaña, bajo el lema "Defiende la noche" porque, según sus estimaciones, la reforma de la Ley Antitabaco destruirá 15.000 empleos y obligará a cerrar 3.000 locales en todo el país.

La Federación Española de Hostelería aventura daños mayores y, todo ello, en plena crisis económica: el cierre de 70.000 establecimientos y la pérdida de más de 200.000 puestos de trabajo.

La propuesta de Jiménez llega en el peor momento económico de la hostelería en los últimos 15 años, especialmente entre los pequeños bares que ya sufren pérdidas cercanas al 25%, y de los locales de ocio nocturno, que podrían experimentar un impacto incluso superior al 15%, según sus propios cálculos.

Desde el otro bando, algunos estudios como el de la Asociación de Economistas de la Salud, y otros encargados por el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), revelan que impedir fumar en los locales no ha revertido negativamente en la economía de ningún otro país, sino que, más bien, el efecto ha sido positivo.