Madrid, Efe

Todos los grupos parlamentarios tendrán a sus portavoces en la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso, salvo el Mixto, ya que el veto del PP impidió ayer que el candidato a representante de este grupo, Alfred Bosch, de ERC, lograse los votos suficientes en la votación celebrada en la Cámara baja. La elección, secreta mediante votación en urna, se produjo después de una monumental bronca en el Hemiciclo entre el propio Bosch y el diputado de IU Joan Josep Nuet, por un lado, y el diputado del PP Rafael Hernando por otro.

En un crudo rifirrafe, los tres se cruzaron acusaciones por la decisión del PP de dejar fuera a Bosch por considerar que ni los representantes de Amaiur ni de ERC, por su proximidad con aquellos, son idóneos para formar parte de una comisión en la que se maneja información muy sensible para el Estado.

Para ser miembro de la Comisión de Secretos es necesario que sus miembros logren al menos 210 votos del Pleno, es decir, tres quintos de los sufragios, umbral que sí han superado Alfonso Alonso (PP), Soraya Rodríguez (PSOE), Josep Antoni Duran Lleida (CiU), Cayo Lara (IU-ICV-CHA), Rosa Díez (UPyD) y Josu Erkoreka (PNV), quienes integrarán el órgano junto al presidente del Congreso, Jesús Posada.

Aunque el PSOE sí apoyó a Bosch con sus 110 diputados, los 132 sufragios obtenidos por el diputado de ERC fueron insuficientes para poder entrar en la comisión, cuya denominación es «Comisión de Control de los Créditos Destinados a los Fondos Reservados».

Justo después de anunciarse el resultado de la votación, el diputado del BNG Francisco Jorquera anunció que el Grupo Mixto solicitaba una nueva votación, en este caso para proponer como candidato a otro diputado de ERC, Joan Tardà, pero el presidente le comunicó que la elección del séptimo miembro de la comisión se haría en otra sesión plenaria.

El portavoz popular en el Congreso, Alfonso Alonso, aseguró por la tarde tener «mucho respeto como persona» por Tardà, pero insistió en que su partido no quiere dar un «espectáculo» de «baile de nombres», con lo que dejó meridianamente claro que tampoco aceptará su nombre ni el de ningún otro candidato de los independentistas catalanes, a los que consideran aliados tácticos de los aberzales. De hecho, los populares explicaron ayer en los pasillos que se opondrán en la Junta de Portavoces a que el asunto se vote en plenos sucesivos y que sólo darán vía libre a que se incluya una nueva votación en el orden del día si el Grupo Mixto propone un candidato alternativo que no sea ni de ERC ni de Amaiur.

La negativa del grupo mayoritario a aceptar a ERC fue muy mal acogida, como cabía esperar por Bosch, quien denunció la «caza de brujas» que, a su juicio, supone vetarle, decisión que calificó de «numerito» montado por el PP para «conmemorar» la intentona golpista del 23-F. Bosch negó que ERC esté al servicio de Amaiur en el Congreso y aseguró que su partido, que en la legislatura anterior sí estuvo en esta comisión, siempre ha ejercido la «lealtad institucional» y nunca ha dinamitado el funcionamiento democrático ni ha pretendido hacer daño a España.