El PP retiró ayer en el Senado su enmienda, aprobada en comisión, que obligaba a los conductores que quieren recuperar parcialmente puntos a realizar, además del curso de sensibilización, una prueba en la Jefatura de Tráfico correspondiente. - hizo lo mismo con las que permitían abrir a más centros la posibilidad de impartir los cursos para la recuperación de puntos y, por tanto, se vuelve al actual régimen de concesión, que limita la cifra a un cupo.

Populares y socialistas están abiertos a que pueda aumentarse esa cifra para que más autoescuelas puedan acceder a esa concesión. Ambos grupos explicaron que una vez que se ha decidido no liberalizar los cursos lo lógico es que los conductores tampoco tengan que pasar una prueba en Tráfico, toda vez que los centros que los imparten ofrecen las suficientes garantías.

Tras la aprobación por 139 votos a favor (PP y CiU), 60 en contra (PSOE, Grupo Mixto y Entesa Catalana) y 8 abstenciones del PNV, la reforma de la ley de Tráfico volverá al Congreso para que dé luz verde a las modificaciones introducidas en el Senado, entre ellas la que amplía de 15 a 20 días el plazo para pagar de forma voluntaria las multas, o la que impide la inmovilización de las bicis cuando su conductor no haga uso del casco. El proyecto blinda la obligatoriedad de llevar casco de bicicleta en ciudad para los menores de 16 años.

Una vez que la reforma de la ley sea aprobada definitivamente, se endurecerán las sanciones por consumo de alcohol y drogas al volante. Así, superar la tasa máxima de alcohol se multará con 500 euros, pero si se duplica (un gramo de alcohol por litro de sangre) o el conductor es reincidente en el período de un año a la sanción tendrá que pagar 1.000 euros, la misma cantidad con la que se castigará la conducción bajo los efectos de las drogas, excluidas las utilizadas bajo prescripción médica y también cuando el conductor se niegue a someterse a la prueba.

La reforma abre la puerta a la modificación de los límites de velocidad, que quedarán fijados en el nuevo Reglamento de Circulación, cuyo debate se iniciará una vez se apruebe la ley. Tráfico quiere subir hasta los 130 kilómetros por hora el límite máximo de velocidad en autovías y autopistas, pero sólo en determinados tramos y circunstancias, y rebajar en 10 por hora los límites máximos en las carreteras secundarias, así como fijar en 20 o 30 Km./h. los de algunas calles de las ciudades.

La ley prohíbe los detectores de radar y los sistemas de retención infantil pasan de un sistema de edad a uno de talla, con una previsión de 135 centímetros, salvo excepciones. Por último, el Pleno del Senado rechazó el veto de IU que criticó las "prisas" y "furor" del Gobierno por aprobar la reforma, que "gira en torno al dominio absoluto del automóvil", según el senador asturiano Jesús Iglesias.

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