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GEMA SALA | Portavoz de Cidevida

"Un niño no es un brazo que te puedas cortar sin más, es un ser único"

"Gallardón es un mártir, y la postura - del Gobierno me ha parecido cobarde"

Gema Sala. NACHO OREJAS

Gema Sala, que trabaja como gestora en una empresa familiar y tiene un hijo, asegura que un día, viendo las noticias sobre el desmantelamiento de una clínica que practicaba interrupciones del embarazo en Barcelona, "se le cayó la venda de los ojos". Comenzó a informarse y se hizo activista, "no por motivos religiosos, sino por una postura humanista". Actualmente es portavoz en Asturias de la asociación Cidevida.

-¿Cómo vivió la decisión del Gobierno de tumbar la reforma de la ley del aborto?

-Con mucha decepción. Vi muy valiente a Gallardón, un mártir, que ha tenido el coraje de dejar la vida política por defender sus ideas. Y me pareció cobarde el Gobierno, que ha tumbado la reforma sin más, sin estudiar posibilidades, se la ha quitado de en medio y punto.

-¿Por qué se hizo activista contra el aborto?

-Yo tenía la postura de todo el mundo, que viene a decir que allá cada cual, hasta que una noticia sobre una clínica de Barcelona me inquietó. Busqué información y quedé impactada, encontré una enorme brutalidad. El corazón empieza a latir a los 18 días, desde muy pronto es un ser humano pequeñito. Cada ser humano es diferente, y al que no le das la oportunidad, nunca va a nacer, porque es insustituible, eliminas a una persona única. No tenemos derecho a decir éste sí, éste no.

-¿Y dónde queda el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo?

-Tu cuerpo es tu cuerpo, pero no somos ovíparos, que me puedas dejar el huevo a mí para que lo caliente. Tiene que crearse dentro de ti. Es verdad que hay situaciones muy duras, pero ese niño no eres tú, no es tu brazo, que te lo puedas cortar tranquilamente (aunque entonces te llamarían loca). Es un ser único.

-Y en casos extremos, por ejemplo, una violación, ¿cómo conjuga el derecho de la mujer con el del nasciturus?

-Una violación es un trauma enorme, pero un aborto es también un trauma. Los hijos no tienen por qué ser del padre, pueden ser sólo de la madre. Y está la posibilidad de dar al bebé en adopción. De todas formas, la reforma de Gallardón no penaba el aborto en casos de violación, estos casos extremos son los que se han utilizado para que la sociedad acepte sin rechistar que el aborto es una opción más. Los que nos oponemos vamos muy a contracorriente, ayer frente al PP éramos nueve, y nos miraban como a locos.

-¿Cree que la educación afectiva y sexual que reciben los jóvenes es suficiente para evitar embarazos no deseados?

-Hay una enorme banalización de la sexualidad, una presión que hipersexualiza a los jóvenes, una potente industria pornográfica que trastoca todos los valores. Si a eso se suma el uso del alcohol como diversión, es difícil que los chicos y las chicas, a las tres de la mañana, controlen y tomen medidas. La sexualidad conlleva responsabilidad, no es una necesidad como el comer. Pero hay un mensaje mayoritario contra el que es difícil luchar. Educas a hijos para que la sociedad te los despeñe.

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