Hubo una mesa "a cuatro" (PSOE, Podemos, IU y Compromís) que acabó sin éxito y una mesa "a dos" (PSOE y Ciudadanos) que fructificó. Pero esta semana llega la hora de la mesa "a tres" (PSOE, Podemos y C's), un encuentro que los vetos cruzados de Pablo Iglesias y Albert Rivera habían hecho imposible materializar hasta ahora.

La esperada entrevista de la semana pasada entre Iglesias y el líder socialista, Pedro Sánchez, ha abierto por fin la puerta a que los dos partidos emergentes y uno de los dos "clásicos" (con el PP, el otro, nadie quiere sentarse) puedan compartir habitación, aunque Podemos prefiere mantener una bilateral con el PSOE antes de que empiecen los contactos trilaterales, bien que sin la foto de los tres líderes juntos, porque Albert Rivera no quiere sumarse a la "campaña de sesiones fotográficas" organizada por Iglesias para paliar su caída en los sondeos.

Sánchez se declaró el sábado dispuesto a "ceder" para compensar al secretario general de Podemos por sus concesiones de los últimos días: sentarse a la misma mesa que los de Rivera y renunciar a su pretensión de ser vicepresidente de un Ejecutivo encabezado por Sánchez, además de aceptar que sólo se derogue la reforma laboral de Rajoy (no la de Zapatero) y rebajar sus exigencias de elevación del gasto social y de reducción del déficit.

Con todo, ni Podemos ni Ciudadanos están dispuestos a aceptar que la mesa "a tres" se traduzca en un pacto "a tres", y Rivera es mucho más escéptico que Sánchez sobre la posibilidad de que las reuniones que comienzan esta semana sirvan para evitar que el 26 de junio haya elecciones. "Entre susto y muerte", Rivera elige volver a las urnas.

De la misma forma, aunque sin mentar la posibilidad de nuevos comicios -dado que el bajón de Podemos en las encuestas es tan pronunciado como la subida de C's-, Iglesias sólo demanda de Rivera un apoyo activo o pasivo (voto afirmativo o abstención) para el Gobierno "de cambio" con sus confluencias e IU y Compromís al que sigue queriendo arrastrar al PSOE. (Lo mismo, huelga decir, que Rivera espera que haga Iglesias.)

Así las cosas, la promesa que hizo ayer el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando ("no nos vamos a levantar de la mesa 'a tres' hasta que lleguemos a un acuerdo"), no parece más que el preámbulo de una larga y agónica "sentada", en la que no se descarta que participen a última hora los propios Iglesias y Sánchez, para que se vea que persiguen el acuerdo hasta el final.

Lo que sea, da la impresión, con tal de levantarse el último de una mesa que, esta vez sí, parece la última oportunidad de evitar nuevos comicios.