El PSOE asturiano vivió su "tsunami" particular en el año 2000. Una crisis interna que por su crudeza y visceralidad recuerda a la que ahora sacude al partido, roto entre pedristas y susanistas. La Federación Socialista Asturiana vivió su mayor enfrentamiento interno por la postura enconada sobre el futuro de Cajasturias y la ley de Cajas. El presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, acababa de ganar las elecciones autonómicas con mayoría absoluta y trató de imponer unos criterios en la Caja que chocaban frontalmente con los del aparato de la FSA. El enfrentamiento llegó a tal punto que el grupo parlamentario en la Junta General desautorizó y votó en contra de las posiciones del Gobierno regional. El partido en Asturias llegó fracturado, como nunca antes, al congreso regional en el que resultó elegido Javier Fernández, que pasó de consejero a contrapeso orgánico del primer gabinete arecista con una misión clara: pacificar el partido. Una cohesión que duró más de tres lustros, hasta la fractura actual.