Me gustaría tocar, brevemente, varios asuntos relacionados con el tema que a todos nos preocupa en estos días.

En primer lugar, hasta este domingo confiaba en que absolutamente todos los policías nacionales y guardias civiles de nuestro país estaban al servicio del pueblo. Sin embargo, tras los acontecimientos de este día, debo decir que tanto yo como muchos otros, estamos decepcionados e incluso asustados. La actuación en Cataluña fue brutal, e incluso en la manifestación que tuvo lugar en Oviedo, algunos manifestantes fueron tratados de manera totalmente injusta. Yo mismo fui retenido sin razón y tratado literalmente de "rojo de mierda", "basura" y otros calificativos similares. Algunos compañeros fueron retenidos y filiados por policías de paisano cuando se alejaban por una acera, al no querer arriesgarse a ningún tipo de altercado. Es absolutamente necesaria la denuncia pública de estos hechos. En cualquier caso, estoy seguro de que muchos agentes reprueban estas actitudes, lo cual me consuela.

Respecto al conflicto soberanista en sí mismo, dejemos de echar la culpa de las cargas policiales al referéndum ilegal del Govern de Cataluña y las supuestas actitudes violentas de los manifestantes y pidamos al Gobierno de España que se retracte, pida perdón, y comience a buscar la negociación de una vez por todas. Si no lo hace, que dimita. Ni unos ni otros han hecho bien las cosas, pero desde luego la represión en ningún caso llevará a una solución.

Los medios de comunicación deben narrar los acontecimientos con imparcialidad. En la noticia de este mismo periódico sobre la manifestación ovetense del domingo por la tarde se dice que los manifestantes trataron de arrancar una bandera de España. Confío en que el redactor no viera el aguilucho que había en dicha bandera, franquista, o sufriera una confusión al escribir.

Por último, en respuesta a una carta de ayer, se critica la bandera que colocó el párroco de Lugones en la iglesia porque no es su lugar. Otra cosa sería si la pusiera en su casa, pero muchos discrepamos en que la coloque en una "casa" que quiere ser "de todos", si bien esto no justifica las pintadas.

Ignacio de Barutell García, Lugones (Siero)