Román GARCÍA

«Un hombre apreciado en el Colegio de Abogados de Gijón al que nos cuesta despedir». Éstas eran las palabras del director de la Escuela de Práctica Jurídica, Jesús Villa, en recuerdo de Manuel Meana García, fallecido el jueves, en Gijón, a los 81 años. Meana había sufrido tres infartos que, durante los últimos años de su vida, le habían debilitado el corazón. Su viuda, María del Carmen Larroza Suárez, y su hija, Victoria, recibieron ayer innumerables testimonios de condolencia.

Los presentes destacaron la gran fortaleza del fallecido y su pasión por la abogacía. En palabras de Villa: «Era uno de los históricos del colegio, una gran persona y un compañero afable y con un gran sentido del humor». Manuel Meana había conseguido en el año 2004 la medalla de oro del Colegio de Abogados de Gijón por llevar más de 50 años en el ejercicio de la profesión. Casi siempre, del lado de las compañías aseguradoras. «Tenía unas vivencias muy importantes para la época que le tocó vivir; su gran pasión era viajar», concluyó Jesús Villa, que también aseguró que el fallecido no tenía ningún enemigo, «algo difícil en la profesión».