M. S. / R. V.

La Confederación Hidrográfica del Norte esperará todavía unos diez días antes de enviar su proyecto para la depuradora del Este a la Dirección General de Calidad y evaluación ambiental para que elabore el preceptivo informe de impacto medioambiental. Esos días servirán para recibir las alegaciones al proyecto que se hayan tramitado por correo o en registros públicos de toda España que no fueran el propio de la Confederación. Allí, ayer por la mañana sólo se tenía constancia de las alegaciones de los vecinos de El Pisón y del Ayuntamiento de Gijón. Sin embargo, no serán los únicos. La urbanización del Rinconín esperó hasta el último día del período de información pública para concretar sus matices a la única pieza que falta para completar el plan de saneamiento integral de Gijón diseñado a principios de la década de los noventa del siglo pasado.

La depuradora del Este, con una inversión de 51,3 millones y un plazo de obras de 30 meses, plantea ubicar la línea de aguas de manera soterrada en el espacio que ocupa La Plantona y llevar la línea de fangos a La Reguerona. Ambas instalaciones se comunicarán por una tubería de más de nueve kilómetros de longitud. El Ayuntamiento, pese a considerar que «es el mejor proyecto posible para Gijón», busca que se replantee el diseño de la laguna para agua reciclada que se incorpora en el complejo, para tener en cuenta el lago existente en el cercano Museo del Pueblo de Asturias.

Los vecinos de El Pisón, por su parte, se apoyan en un informe pericial elaborado por el profesor de Ecología Juan Carlos Canteras para desmontar los razonamientos técnicos de la Confederación. Según dicho informe, El Pisón «es la peor opción posible» para ubicar la depuradora del Este. Este colectivo, que ha solicitado la intervención de la Fiscalía de Medio Ambiente, también le pone peros jurídicos a la propuesta, basándose en sentencias anteriores y en el hecho de que «tenemos recurrida ante el Supremo la derogación, por parte del Principado, de los dos kilómetros» que se exigían como distancia mínima entre un núcleo de población y una instalación de este tipo. Esa distancia no se cumple en El Pisón.

En cuanto a la urbanización del Rinconín, otro de los emplazamientos barajados -además de Peñarrubia y La Cagonera-, sus vecinos denuncian una «adulteración» de la normativa medioambiental vigente y exigen, asimismo, que «se le imponga una multa de 200.000 euros a la empresa redactora del estudio de impacto ambiental de la depuradora de la zona Este por vulnerar la ley». El representante legal del colectivo insiste en la idea de que «la depuradora, de instalarse en El Rinconín, ocasionaría graves efectos sobre el único ala que queda virgen en el bahía gijonesa» y tacha de «camelo» las intenciones de la Confederación de llevar los lodos a Aboño, por «los enormes costes energéticos que eso supondría».