Eloy MÉNDEZ

Castilla ha inspirado históricamente a grandes figuras de la literatura española. Tierra de místicos y poetas, Jesús del Campo decidió plasmar en un libro su propia visión de esta enorme región que define como de «cielo y tierra». El escritor y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA presentó ayer, en el Salón del Libro Iberoamericano, su obra «Castilla y otras islas», resultado de un viaje por las comunidades de Castilla y León, Madrid y Castilla-La Mancha.

-¿Desde cuándo Castilla es una isla y de qué otras islas trata en su libro?

-Castilla está rodeada de tierras que no tienen nada que ver con ella y que la aíslan. Paisajísticamente es una isla. Históricamente también lo ha sido mucho tiempo debido a su relación con la periferia. Y, además, en la vida tenemos islas de conocimientos, nunca conocimientos totales. Y esos conocimientos los ponemos en marcha cuando nosotros arrancamos. Hay que salir y ponerse en carretera para descubrir esas islas.

-Los límites de Castilla son muy difusos en función del momento histórico. En el libro, ¿a qué Castilla debemos atenernos?

-Yo recorrí las dos Castillas, es decir, Castilla y León y Castilla-La Mancha. Incluyendo Madrid, que es un trozo más de Castilla. Además es un lugar muy castellano porque allí hay gente de todos los sitios de Castilla. En Madrid hay cierto sentido de nomadismo porque nadie es realmente de allí.

-En la portada del libro aparece la muralla de Ávila. ¿Simboliza la tendencia histórica de Castilla a encerrarse en sí misma?

-No escogí yo la portada, pero algo de eso hay. Existe un contraste entre la tierra fronteriza que siempre fue Castilla. Una tierra que ha visto mucho batallar. Esto hizo que los castellanos fueran muy temerosos de lo extranjero.

-En España, ¿es Castilla la gran desconocida?

-Respecto a los no castellanos es la gran desconocida porque hace mucho tiempo que en España damos más importancia a la periferia que a Castilla. Por razones económicas, turísticas, políticas... Castilla ha estado hasta ahora como la región que todo lo unificaba. Respecto a los castellanos, tienen un cierto recuerdo de haber sido y ya no ser. La frase «cuando Castilla era Castilla» es muy frecuente.

-Su obra, ¿puede catalogarse como un libro de viajes?

-Sí. A propósito de cada parada, de cada pueblo, de cada castillo, de cada monasterio... hay una reflexión sobre ese lugar y el resto del mundo. Y también sobre la relación entre ese lugar y lo que es la historia. Son relatos aislados que, unidos, dan una visión completa de lo que es Castilla.

-Santa Teresa, San Juan de la Cruz, Machado, Unamuno... Todos encontraron en Castilla un refugio intelectual. ¿Por qué?

-Yo creo que porque es un paisaje único. Castilla tiene un soplo de aventura. En Castilla la poesía está latente. Además ningún Estado podría mantener el arsenal cultural de Castilla. Hay monumentos por todas partes. En Francia o en Inglaterra te avisan de que a quince kilómetros hay un castillo. En Castilla no se puede porque hay tantos que no tendría sentido.

-¿Posee Castilla el mayor legado histórico de Europa?

-Posiblemente.

-¿Qué Castillas hay dentro de Castilla?

-Es asombrosa la variedad de paisaje que hay. En veinte minutos cambia todo. De un bosque de encinas a todo lo contrario en pocos metros. Es una región muy cinematográfica por ese paisaje.

-Para el viajero, ¿la Meseta llega a parecer inabarcable?

-Totalmente. De Castilla te vas siempre muy frustrado porque te obligas a volver. Es tan ancha que da sensación de infinitud. No puedes con Castilla.

-Y el castellano, ¿cómo es?

-En el libro me he ocupado más del paisaje que del paisanaje. Pero creo que ellos, en general, no tienen mucha experiencia en cuidar lo suyo. Si se han puesto, lo han hecho hace poco y no se han puesto todos. Dentro de unos años veremos cómo fructifica esto. Además, cada ciudad es un mundo donde conviven modernidad y antigüedad. El propio Madrid es la libertad por excelencia. Todo el mundo tiene un sitio.

-Castilla ha creado el mayor imperio jamás conocido.

-Me resulta algo increíble. Ves esos pueblos y te imaginas a sus habitantes en el Amazonas, por los diques de Holanda... admirable. En cuanto al futuro de Castilla depende, en buena medida, de Bruselas. La unidad europea marcará la personalidad de los castellanos.

-¿Qué papel simbólico juegan en Castilla el Duero y el Tajo?

-Fundamental. Son fronteras naturales, únicas. Aunque hay que decir que pocas fronteras naturales hay en el mundo tan drásticas como la de Asturias y Castilla. Es como cambiar de mundo.