J. L. A.

El director de El Musel, José Luis Díaz Rato, responsable de la obra para duplicar los actuales espacios de la principal dársena asturiana, justificó ayer esta ampliación por la necesidad de dar respuesta a nuevas necesidades económicas y comerciales, sin las que las instalaciones gijonesas están condenadas a ser un puerto menor: «Se trata de pasar de ser un puerto industrial a otro "hub" (transbordo), además de ser una plataforma logística».

Díaz Rato aseguró que los trabajos que se ejecutan al pie del Cabo Torres, a punto de concluir el nuevo dique Norte, son «una responsabilidad ética que nos obliga a perdurar; de ahí la ampliación portuaria». Para el director de El Musel, la obra, cruzada por varias polémicas hasta que se consensuó la actual alternativa, «es un activo para la creación de valor». «Creamos riqueza para nuestros grupos de interés». Mostró algunos datos de una reciente encuesta que refleja un aumento del apoyo de los asturianos al superpuerto y al papel central que juega la dársena gijonesa en la economía asturiana, a la que aporta más de un 10 por ciento de su producto interior bruto (PIB).

El director de El Musel habló ayer de la experiencia del puerto de Gijón en el segundo encuentro de las jornadas organizadas por Rete para analizar el concepto de responsabilidad social corporativa. «Éramos un apéndice de algunas grandes empresas; el puerto ha cambiado y ahora queremos ser, además, útiles a otras empresas de otros entornos». «Creamos riqueza para nuestros grupos de interés», resaltó.

El directivo portuario analizó la experiencia de El Musel como empresa en la que se aplica la responsabilidad social corporativa, concepto con el que se quiere expresar la red de vinculaciones que establece una compañía, por ejemplo con sus trabajadores, entorno o clientes. «Una sociedad del siglo XXI tiene que abordar esa relación», indicó, para detallar algunos de los aspectos que definen la estrategia del puerto gijonés mediante su cuadro de mando integral: apertura hacia el entorno, sentido de la comunidad, capacidad innovadora, coincidencia a largo plazo o creación de valor. Puso varios ejemplos: la renovación del frente costero de Gijón mediante la colaboración del Puerto con el Ayuntamiento y la Administración del Principado, o las investigaciones para mejorar el trabajo en la terminal de graneles sólidos. «Hay que innovar continuamente».

El Musel puede convertirse en el primer puerto español en lograr el diploma de oro EFQM, que acredita la calidad empresarial. «Lo que nos interesa es generar confianza en la ciudad y en nuestro entorno, crear recursos intangibles, que son los que no se pueden comprar; es decir, ganar confianza y reputación», insistió Díaz Rato. En la apertura de esta jornada también intervino el presidente del Puerto, Fernando Menéndez Rexach, así como el presidente y el coordinador de Rete, Julián Maganto, y Rinio Bruttomesso, respectivamente.

Rexach aseguró que el «compromiso» del Puerto con su entorno ha permitido «reducir la huella ecológica» de la actividad portuaria. «La relaciones entre los puertos y las ciudades tienen que ser de crecimiento armónico y la responsabilidad social corporativa es un instrumento de trabajo», resaltó Maganto. Bruttomesso subrayó que Gijón es un «ejemplo práctico» de las actuaciones de Puerto y Ayuntamiento. «Con gran éxito y resultado», precisó, tras lamentar que en su país, Italia, haya menos colaboración en ese sentido.